Algo me sorprendió por la mañana – algo me decepcionó… y a falta de fuerzas para intentar a ser comprendida me callé y me aferré a mi silencio…
A lo largo del día tuve la sensación de que, en vez de dejarme un vacío, el silencio me llenaba.
El silencio me permitió llenar ese espacio,que normalmente está ocupado por sonido o ruido con pensamientos largos, sentimientos con reflexión – observación – y en el momento que abro “mi puerta” otra vez es con una sensibilidad recuperada.
Una nueva presencia.