Los niños que lloran y no son atendidos pronto pueden llorar desesperadamente hasta que la amígdala se colapsa. Lo normal es que caiga rendido y se duerma. Pero no se engañe: no ha aprendido a dormir, solamente está “autodrogado” (Rosa Jové)
Los niños que lloran y no son atendidos pronto pueden llorar desesperadamente hasta que la amígdala se colapsa.
Como sea que la naturaleza es sabia y sabe que el cuerpo no resistiría mucho tiempo en esta situación, suele compensarlo con la secreción de sustancias de carácter opiáceo, endorfinas, serotonina.. que provocan una bajada de todo este sistema de alarma en el sujeto… Por lo tanto si tenemos que para su hijo era la hora de dormir, que encima se ha pasado un tiempo llorando y que acaba de recibir una inyección brutal de opiáceos, endorfinas, serotonia… Lo normal es que caiga rendido y se duerma….
pero no se engañe: no ha aprendido a dormir, solamente está “autodrogado”

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