Revista Diario

Llorar por una trona

Por Sandra @sandraferrerv
Llorar por una tronaEsta mañana ha venido mi hermana a llevarse la trona de mis hijos. Pequeña Foquita está enorme y quiere ser como su hermano por lo que hacía como un mes que se había instalado en su silla de la mesa como una niña grande. A pesar de que tiene que comer estirando el cuello y tumbando el plato, ella insiste en que quiere estar ahí, con toda la familia.
Así que le dije a mi hermana que acaba de tener una niña preciosa, que se la llevara y la aprovechara. Me encanta poder tener a alguien a quien darle las cosas que ya no necesito porque tirarlas a la basura me parece poco ético.
Pero cuando se la ha llevado me he puesto en plan melancólica recordando el día que entró en casa, el primer día que Bebé Gigante comió en ella su primera papilla y todos los bonitos momentos que mis enanos han pasado en su trona.
No he llegado a llorar pero soy un poco pánfila al sentir añoranza por un trasto del que hacía tiempo que me quería desprender. En el fondo supongo que la tristeza radica en el hecho de que estos pequeños gestos me recuerdan que mis bebés se hacen mayores.

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