Revista Coaching
Todo el santo día lloviendo, la venta de Lotería no ha estado mal. He sufrido para vender en algunos momentos que pensé que no llega al mínimo. Pero al final lo he conseguido. El tiempo no ayuda nada. La gente se queda en casa. Y como está lloviendo y les pillas cargados o con el paraguas ni te hacen caso. Algunos se dignan a preguntarte por lo menos ¿Cuánto es? Y hoy con suerte te compran. Espero que en la televisión, no digan que los pantanos están vacíos. Porque no hace otra cosa que llover. Es más igual con suerte con lo que gano en este empleo igual me da para comprarme una piragua y moverme con ella de un lugar a otro. ¡Que forma de llover! No para. Igual es que hasta la fecha la lluvia estaba también desempleada. Y todo lo que no ha llovido en otros momentos, lo arrasa ahora. Es increible. Sí, la lluvia también habrá estado desempleada porque es horrible el tiempo que hace. Aún no he sacado la ropa aunque sea de Primavera. Aún me tengo que poner la dichosa chaqueta de abrigo y con lo friolera que soy, hasta igual me tengo que poner una bufanda de punto o de lana. Sol, ¿Dónde estás? Vender por la calle lloviendo no es agradable. Saca los rayos un rato, por favor. No es pedir mucho. Eso me pasa por vivir en Bilbao. Cuando llego de vacaciones a Bilbao el Cielo es inconfundible, ya que es gris. Pocas veces está azul. En vez de la piel blanca, debería tenerla gris jeje. Y por lo que parece no tiene pinta de mejorar en los 15 días. Y yo con una boda el Sábado. Todas las horas que pase en la Peluquería seran mal gastadas. En fin. Este es mi día. Quejándome del tiempo. Espero que paséis buena tarde. Pasada por agua quizás. Pero que sea buena tarde. Bueno vosot@s ya me entendeis.