Revista Opinión

Lo barato, al final, sale caro

Publicado el 09 septiembre 2014 por Fernandosolisfernandez

Para algunos empresarios, el polígono de Capellanías está “al 25 x 25”, al 25 por ciento de actividad,  muchas empresas cerradas y letreros de Se Vende, y si se ven forzados a poner en venta sus infraestructuras para obtener liquidez, el valor de realización no supera el 25 por ciento del valor de mercado de hace 10-15 años. Y es que el crédito no llega a las empresas desde las instituciones financieras (nunca los bancos merecieron tanto ese apelativo), que colocan en deuda pública los fondos obtenidos gratis o a bajo interés a través de los rescates estatales y del  banco central europeo, buscando el menor riesgo y el mayor lucro especulativo (no vendría mal reeditar la Taula de Canvis, que Jaime I el Conquistador puso en vigor en el siglo XIII para reprimir los abusos y engaños de los cambistas y prestamistas)
Pues atémonos los machos, porque se vaticina que los próximos test de estrés que ausculten a los bancos europeos provocarán una nueva oleada de concentración de entidades, lo que en mi opinión no resolverá el problema del sector del crédito a empresas y familias, sino que, al contrario,  será otro salto adelante en el status quo actual que incrementará la influencia institucional y política de los banqueros y la concentración  monetaria,  al servicio de la especulación y depredación financieras, no de la economía real.
Algunos empresarios dudan de la cacareada recuperación que se nos pregona oficialmente, ni la deben ver tampoco los desempleados inscritos o no inscritos en el SEXPE/INEM, pues no nos engañemos, las cifras de parados y la disminución de cotizantes son alarmantes y la moda del sistema económico actual es crear empleo temporal, a tiempo parcial (minijobs le llaman) y en condiciones muy distantes de los niveles de estabilidad que hasta ayer hemos conocido y considerado mínimamente aceptables para garantizar que el consumo y la inversión hicieran rodar la economía.
Respecto a los mensajes de recuperación que  nos reiteran los gobernadores y familiares ideológicos, mi amigo Mayor me recordó el dicho del hortelano viendo la talla realizada con el tronco que donó a tal fin al cura de su barrio:  “Santo de Nogal, que en mi huerto creciste, frutos no te vi, los milagros que tu hagas me los ……” queriendo significar la poca credibilidad que le merecen tales promesas en el contexto y circunstancias sociales vigentes.
En Cáceres y provincia conozco a empresarios y empresarios, los que triunfan con la crisis (pujoles y no pujoles), los que, normalmente altos directivos, pretenden mantener su salario y plan de pensiones contentando a las juntas de accionistas, sin importarles demasiado el mañana de las familias a las que incluyen en el novedoso ere, y EMPRESARIOS, muchos, que aguantan y padecen de insomnio para ir pagando y mantener actividad y familias empleadas…..pero se lo estamos poniendo difícil, muy difícil a todos ellos……porque gobiernan las Españas y las Europas algunos Santos de Nogal que se han olvidado del huerto de origen y rinden pleitesía a los elevados mecanismos neoliberales de mercado que todo lo arreglan y retribuyen en el juego de la subasta, aun cuando los resultados no pintan bien.
Escucho a nuestro predilecto hijo cacereño Franquete en su programa de radio, recomendando comprar en Tambo entre otras razones porque el dinerito se queda  en casa…..pues eso, nuestras instituciones de gobierno podrían fomentar que las empresas con las que contratan creen empleo en nuestras ciudades y pueblos, y crear infraestructuras que necesiten de servicios y suministros autóctonos, en lugar de adjudicar fuera o construir instalaciones condenadas a pagar beneficios e iva fuera de Extremadura……eso sería trabajar por la sostenibilidad futura de nuestra tierra, empezando por la de nuestra gente.
Solo hay que repasar los diarios oficiales o portales de contratación para ver la cantidad de  contratos de todo tipo y clase que se adjudican fuera de Extremadura al mejor postor (lavado de ropa hospitalaria, suministro de biocombustible para calderas de piscinas, mantenimiento de plataformas de gestión informática, servicios de catering,  limpieza y seguridad privada, etc.) y está claro que la estrategia de  reducción de costes no nos puede conducir a tirar la toalla y dejar de producir todo porque fuera lo hagan más barato, eso no es sostenible porque nos condena a la dependencia económica y social; la estrategia de futuro pasa por hacerlo nosotros igual o mejor que los demás, sobre todo cuando tenemos los recursos, la necesidad y mucha mano de obra desocupada.
Otro dicho, para finalizar: lo barato, al final, sale caro (sobre todo si hay sobres en juego, del color que sean). 
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/barato-sale-caro_825978.html

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