Revista Insólito

Lo bien ganado se pierde, y lo malo ello y su dueño

Publicado el 24 agosto 2021 por Monpalentina @FFroi
Lo bien ganado se pierde, y lo malo ello y su dueño


En la Colección de Zaragoza leemos :
-Lo bien ganado se pierde, y lo malo él y su amo.

Lope de Rueda lo escribe puntualmente de esta misma manera. Hernán Nuñez dice:
-Y lo malo, ello y su amo.

El mismo Nuñez, a quien sigue Iriarte, invierte el giro de la frase primera, diciendo:
-Piérdese lo bien ganado, y lo malo ello y su amo.

La Academia no trae este refrán, pero trae otro casi idéntico, que también se halla incluido en la Colección de Iriarte, y dice así:
-Lo bien ganado se lo lleva el diablo, y lo malo, a ello y su amo.

Este refrán en sustancia viene a ser el séptimo mandamiento de la ley de Dios, brevemente ampliado. A haber habido en aquellos remotos tiempos en que debió de inventarse las jugadas de bolsa, contratas de mala ley y gatuperios de bienes nacionales, sospecharía que para todo ello se había inventado. Pero en fin, siempre hubo sisas, hurtos, robos , falsificaciones, defraudaciones, estafas y otras menudencias. El arte de apoderarse de lo ajeno sin la voluntad de su dueño ha sido en todos los tiempos el más asiduamente cultivado, bien que pocas veces o nunca hubiese alcanzado la perfección y preeminencias de que goza en nuestros días.

Ricote el Morisco insta a Sancho Panza para que le ayude a sacar el tesoro que había dejado escondido, prometiendo darle con que viva, y Sancho le contesta: "Ya te he dicho, Ricote, que no quiero: conténtate que por mí no serás descubierto, y prosigue en buen hora tu camino, y déjame seguir el mió, que yo sé que lo bien ganado se pierde, y lo malo, ello y su dueño."

Guardan mucha analogía con este adagio los siguientes:
-El codicioso por ganar lo ajeno, pierde lo suyo del seno.
-Nos a lo ajeno, y el diablo a lo nuestro.
-Quien por codicia vino a ser rico corre más peligro.
-Quien en un año quiere ser rico, al medio le ahorcan.

-Ten hacienda, y mira de donde venga.

No estoy de ninguna manera con aquel otro adagio que se halla en el Quijote de Avellaneda de:
-Quien hurta al ladrón harto digno es de perdón.

Porque el ladrón debe poder contar con sus individuales, como cualquier hijo de vecino. Gracias que no goce de fuero privilegiado, como pudiera muy bien acontecer.

Lo bien ganado se pierde, y lo malo ello y su dueño



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