Sí, hay crisis económica. Sí, las secciones deportivas son ruinosas para los clubes de fútbol. Pero no, no es justo lo que está pasando en el Real Madrid con su sección de baloncesto. En los últimos tiempos se ha ido recortando el presupuesto de la sección y se ha notado en forma de títulos que casi no llegan y que caen en las vitrinas del museo del Bernabéu con cuentagotas. Un equipo con un palmarés envidiable en Europa se deshace poco a poco, y a este paso, desaparecerá sin que nadie haga nada por revitalizarlo.
Está claro, ya se vio en su primera etapa, que a Florentino Pérez le importa un rábano el baloncesto, y que si no se lo ha cargado ya es porque todavía quedan muchas voces discordantes, y muchos seguidores que amamos el deporte de la canasta. No se atreve a tomar la decisión definitiva y simplemente va a dejar morir la sección a base de recortes contínuos en el presupuesto, traslados infames a lugares donde la gente no puede ir, y decisiones deportivas sin pies ni cabeza. Lo peor es que en las pocas ocasiones que abre la boca -menos mal que no son demasiadas- jura y perjura que va a potenciar el equipo y le hará volver a lo más alto en España y Europa. Pero con la misma facilidad que lo dice se le olvida y continúa la agonía lenta pero inexorable de una sección que un día fue santo y seña del madridismo.
La última, después de la pésima temporada que acaba de terminar, es la contratación del nuevo entrenador. Parece que Messina no tenía tanta culpa como para tener que salir por la puerta de atrás. Se apostó por Molin, continuista, pero blando, y que a pesar de su edad, jamás había sido primer entrenador de ningún equipo, ni siquiera de regional. El desastre del final de temporada era previsible y se consumó. La afición pide que se potencie la sección, que se le dote de medios, dinero, jugadores y un cuerpo técnico capaz de llevar al equipo a lo más alto... Pero no, otra vez, la junta directiva de Florentino Pérez decide recortar el presupuesto y contratar como entrenador para la próxima temporada a Pablo Laso. Pablo fue un muy buen base, que llegó a jugar en el Real Madrid, pero que como entrenador está en un segundo, o tal vez tercer nivel. Se le contrata porque cualquier técnico con un nivel importante tiene un caché que el señor Pérez no está dispuesto a pagar. Y después de la salida en los últimos años de jugadores carismáticos e importantes que después triunfan en otros equipos, para esta temporada que se supone están preparando, no hay nada nuevo. No hay nuevas estrellas y los que ya están y no han dado la talla no creo que cambien su aptitud y su actitud. Los Berserkers, la peña más importante de este equipo, tiene previsto manifestar su disconformidad en la presentación de Pablo Laso, que no tiene la culpa, porque al pobre le han puesto ahí y para él es un paso importante en su carrera. Pero para el Madrid, sus seguidores y su historia, esto es un paso atrás, un nuevo paso hacia la desaparición...