Las tradiciones se construyen con ladrillos de recuerdos, de convivencias, de grandes momentos vividos en familia, con amigos...
Todos estos momentos adquieren arraigo y, sobre todo, pasan al escalafón de imborrables con el paso del tiempo.
En mi caso, me siento un auténtico privilegiado de poder vivir cada año con mis gentes mis tradiciones y eternizar cada minuto de convivencia con ellos.
Mucho es lo que hemos vivido, aún incluso víspera de los días de Romería pero bien merecen un pequeño paseo con algunas imágenes de lo que ha quedado y de lo que aún queda.
un respiro después de una buena jornada de trabajo en la ciudad de hierro y papel
Dando una buena entrada al mes de septiembre
no faltaron sonrisas y chocolate
cohetes que conquistan la oscuridad de la noche
El Hno. Mayor, la pregonera y quien fuera Hno. Mayor. Lo que es lo mismo, mi primo, mi hermana y mi tío. ¿Se puede tener más orgullo?
(foto Gonzalo Fidalgo Vela)
Mi hermana sentando cátedra con su voz, siempre dulce
(foto Gonzalo Fidalgo Vela)
Un pregón distinto y emotivísimo. Será recordado
El número 23 será nuestra morada en nuestra Tierra Santa de Collera y donde quedan invitados todos aquellos que deseen ser importadores de unas sonrisas, buen ambiente y, por supuesto, unas copitas
De Caramelo no faltará a la cita con su Virgen de la Sangre en el lugar más excelso del fervor sangrista por antonomasia. Se cumplirán 18 años de una cita singular y esperada cada año por todos.