Revista Diario
Muchas veces me han comentado: "mi hijo empezó a hablar un día y ya no recuerdo cómo era antes". Cuando me ocurra a mi, ya veremos si paso o no por la misma experiencia. Aplicada al caminar, yo aún recuerdo cómo era cuando no se desplazaba solo (quizá por que aún hace poco tiempo) y, sobre todo, recuerdo esa duda que tantas veces me asaltaba: ¿lo conseguirá?.
Me imagino que quienes hayan tenido bebés especialmente rápidos no habrán sufrido nunca estas preguntas. Quien tenga un bebito que con 6 meses está gateando no ha tenido tiempo de preguntarse si lo conseguirá o no y cuándo. Lo mismo para quien tenga un hijo que con 10 meses emplee con sentido alguna palabra que otra.
Para bien o para mal, no ha sido nuestro caso. Mi hijo empezó a desplazarse reptando bastante pronto (con 5 meses) y así prosiguió hasta el año. Me pregunté un millón de veces si algún día gatearía. Y eso que gatear no es algo imprescindible, aunque sí muy bueno para su desarrollo. Lo mismo me ocurrió con el caminar: con 9 meses ya se ponía de pie en todos los muebles e incluso caminaba lateralmente, parecía muy interesado... pero no fue hasta los 14 cuando se decidió. Fueron 5 meses preguntándome si finalmente caminaría.
No es que no confíe en mi hijo, es que la naturaleza humana me asombra. Haber vivido el proceso de aprender a caminar es algo que me ha tocado en lo más profundo. La Navidad pasada mi hijo era un recién nacido, no tenía ni 3 meses. Ahora camina y se desplaza solito donde él quiere. No será un milagro, pero lo parece.
Ahora estoy en ese mismo proceso pero con el habla. Todos los días me pregunto si finalmente hablará y cuándo. Si dirá una palabra o una frase. Si será papá o agua o membrillo (que prometo que lo repitió ayer por la tarde cuando se lo enseñamos) o, al estilo Gila: queridos padre y madre, ya se hablar. Me parece tal milagro que sus neuronas un día se conecten y empiece a expresarse mediante el lenguaje que me cuesta creer que tarde o temprano sucederá. Pero lo hará, sé que cuando menos lo espere, lo hará.