Revista Comunicación
Me ha encantado este spot de la Fundación Affinity, por lo que representa en estos días del año en los que todos andamos tan preocupados de lo material, olvidando aquello que es esencial, y que consiste en disfrutar de las pequeñas cosas y de la gente a la que queremos y que tenemos alrededor.
Esto que tan fácil parece escrito en una frase, no es tan sencillo de llevar a cabo en el día a día. No lo es para los "mayores", pero menos aún es para los niños, a quiénes hemos convertido en máquinas de devorar cosas. Nunca nada es suficiente. Más regalos, más caros, cada menos tiempo... les hemos acostumbrado a que nunca reciben un "no" por respuesta, y eso tiene consecuencias en sus reacciones y comportamientos. Y eso se nota especialmente durante estos días.
¿Quién no ha estado indeciso hasta el mismo día de Reyes por si los regalos les gustarán? Por si tendrán suficiente... cuando ya tienen de todo, y tenemos que volvernos locos por innovar, en una serie de círculo vicioso en el que hemos incurrido como sociedad. Y ojo, creo que todos somos culpables de lo mismo, pero lo que me sorprende es qué ha podido cambiar tanto en una sola generación como para que hayamos instaurado la cultura del "siempre sí" si nosotros fuimos los que tanto tuvimos que luchar cada una de esas concesiones por parte de nuestros padres.
Recuerdo perfectamente que en los restaurantes se bebía agua, que el "cómprame algo" era permanentemente desatendido, y ahora veo que mis hijos y los hijos de mis amigos no conciben que no puedan pedir un refresco, un mosto, o cualquier cosa que se les antoje. Lo mismo ocurre cuando entras en un supermercado y te acompañan los niños. Al llegar a casa compruebas apesadumbrado que te la han vuelto a liar.
Así que os pido que veáis este anuncio de la Fundación Affinity en el que destacan lo fácil que es disfrutar de las pequeñas cosas.