Revista Coaching

Lo imposible… desde el sillón

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso

LO IMPOSIBLE… DESDE EL SILLÓN

Cada vez que leo unas declaraciones de actores, cantantes, escritores, modelos o presentadores de televisión que aseguran haber triunfado sin haberlo querido, buscado o trabajado, me lleno de la indignación propia de quienes no asumimos ser tratados como unos imbéciles a la búsqueda de la mentira mayor. Pero hay muchos que si lo creen, en la ilusión de que a ellos también les pueda suceder eso del éxito sorpresivo y gratuito que otros dicen obtener sin la más mínima intención.

Voy a poner un ejemplo, en esta ocasión relacionado con el aspecto físico: hacia finales de los sesenta, cuando el cuidado personal no tenía el protagonismo ni la difusión de hoy, me asombraba la excelente apariencia atlética de un Paul Newman ya maduro que nunca confesó el secreto de su vientre ajedrezado a los medios de comunicación. Como él, tantos otros y otras celebridades eran y son aconsejados por sus asesores de imagen en el misterioso silencio, pues bien saben que lo imposible vende más que lo que se encuentra al alcance de cualquier hijo de vecino que aspire a mejorar su condición.

Veamos: si Paul Newman, casi cincuentón, conservaba un físico juvenil sin buscarlo sería porque estaba tocado por un divino don, lo que le hacía único y digno de admiración. Esto, sin duda, para su imagen pública era mucho mejor que confesar la práctica disciplinada de ejercicio, lo que le convertía en mortal y cercano a cualquier imitación.

Como el anterior hay muchos ejemplos que validan la irresistible atracción de lo conseguido sin tener que embarcarse en ninguna oposición. ¿Cuántas modelos top aseguran haber sido descubiertas por la calle cuando dicen que no eran conscientes de su valor? ¿Cuántos actores taquilleros relatan que acompañaron a un amigo a un casting y fueron ellos los elegidos sin llevar esa intención? ¿Cuántos escritores de éxito afirman que todo comenzó porque un familiar, en secreto y sin autorización, mandó un borrador a un concurso literario que luego fue el premiado ganador? Todos se declaran inocentes del pecado del orgullo y la presunción.

Es evidente que, en general, cualquier manifestación de éxito profesional o personal que no revele el duro camino recorrido hasta su obtención suele ser considerada de mayor valor al presuponer un genio oculto que para sí quisiera cualquier lector. Llegar a conseguir lo difícil desde la engañosa facilidad de la inacción vende mucho más que la verdadera explicación: nada se obtiene sin un firme propósito, una adecuada planificación y un largo esfuerzo para cumplirla sin dilación.

Una vez más podemos comprobar el cautivador poder de convicción que para casi todos tiene lo imposible si se puede conseguir sentado desde el sillón…

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro


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