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Cuando tienes un hijo y se acaba tu permiso por maternidad es cuando comienzas a conocer tu nueva realidad. Es en ese momento cuando te das cuenta de lo que significa realmente conciliar. Ahora que las madres estamos muy pesadas con el tema en redes sociales seguro que ya habías oído algo antes, pero no es hasta que regresas al trabajo y dejas en casa -con los abuelos, con una cuidadora o en la guarde- a tu bebé, cuando empiezas a enterarte de la película de la conciliación. No sé en qué género podríamos englobar este filme: terror, acción, drama…. A veces creo que hasta podría ser una comedia. Las familias temblamos cada vez que se inicia el curso escolar; seguimos temblando cuando llegan los días libres de Navidad o Pascua; empezamos a sacar calendario y calculadora cuando llegan las de verano. Y es que no es fácil trabajar y tener hijos en un país donde los horarios y permisos son totalmente ajenos a los calendarios escolares de nuestros hijos. Será por eso que me chocó tanto la noticia que se podía leer hace unos días en la prensa sobre el nuevo calendario escolar que Cantabria quiere estrenar para el próximo curso. Se les ha ocurrido dar una semana de vacaciones a los escolares cada dos meses de clase, de tal manera que en noviembre, febrero y abril tendrán unos días libres extra. Ante el rechazo inicial de las familias la Consejería de Educación ha aclarado que los días lectivos seguirán siendo los mismos pero que están pensando en el alumno ya que estos descansos favorecen su aprendizaje. ¿Qué bonito verdad? Pensando en los alumnos, las criaturicas que se agotan a la primera de cambio y necesitan unas semanitas sabáticas para desconectar. Pero claro, ¿nos dan a los padres esas semanitas ricas de desconexión para poder atender a los chiquitines? Pues sintiéndolo mucho damas y caballeros, tendrán que seguir trabajando mientras sus hijos disfrutan del descanso escolar. Y ahora viene el gran problema, ¿quién se hará cargo de los menores? Aquellas familias que ‘se puedan apañar’ tirarán de recursos tipo ‘me cojo algún día libre’, ‘simulo estar enfermo’, ‘le dejo con los abuelos’. ¿Y el resto? Pues para el resto se está pensando hacer actividades en los propios centros para ayudar a los padres a conciliar. ¿¿¿Perdón??? Esperen, esperen, primero nos habían contado que estos días libres era por el bien de los niños, para que descansen y eso repercuta positivamente en su rendimiento (algo que no pongo en duda, desde luego). Y luego resulta que, como no tenemos donde dejarlos, volverán al cole. Pues menudo descanso se van a llevar si tienen que seguir haciendo casi lo mismo de todos los días, madrugón incluido, ¿no? Está claro que queremos tomar medidas para las que esta sociedad no está preparada. La conciliación laboral es uno de los principales problemas con los que las familias nos encontramos cuando decidimos tener hijos. Es tan grave que incluso puede llegar a limitar el número de hijos. Dependerá del trabajo de cada uno, de los horarios, de las posibilidades de elegir o cambiar, pero la realidad es que todos, aunque tengamos facilidades, sufrimos día a día la escasa conciliación que la sociedad nos ofrece. Argumentan que salvo una semana, el resto de días son los mismos, solo que agrupados. Pero para una madre o un padre, no es lo mismo. Estaréis de acuerdo conmigo en que no es igual coger un día aislado y apañarlo como se pueda que tener una semana por delante para organizar a los chiquillos. Queridas mentes pensantes que están al frente de organismos decisivos, por favor no piensen más porque nos hacen polvo cada vez que sacan alguna neurona a pasear. Ojo, no dudo de los beneficios de una semana libre cada cierto tiempo para los alumnos. Estoy convencida de que podemos sacar muchas cosas positivas, pero dado que tenemos una falta de conciliación escandalosa y que la medida para ayudar a muchas familias sería que los niños pasaran esas semanas en el colegio, ¿no sería mejor dejar las cosas como están? Tengan en cuenta para la próxima vez que la vida de los niños está necesariamente ligada a la de los padres y, con suerte, éstos tienen trabajos que atender. Si días libres significa, por ejemplo, teletrabajo ¡aceptamos! Somos un triángulo: alumnos, padres, centros educativos, todos tendremos algo que decir. Quizá esto no se les había ocurrido. ¿O sí? ¿Qué piensas tú? ¿Cómo te apañarías si de repente dieran una semana de vacaciones a tus hijos en el mes de noviembre?