Revista Religión
Leer: Deut. 34:1-12 | La Biblia en un año: Romanos 4 | ¿L os mejores días de nuestra vida ya han pasado o están por llegar? Nuestra perspectiva de la vida —y nuestra respuesta a esta pregunta— puede cambiar. Cuando somos más jóvenes, miramos al futuro deseando crecer. Y, cuando crecemos, anhelamos el pasado, queriendo volver a ser jóvenes. Sin embargo, cuando caminamos con Dios, ¡lo mejor está por venir!
Durante su larga vida, Moisés fue testigo de las maravillas que hizo Dios, y muchas de esas cosas sucedieron cuando ya había dejado de ser joven. A los 80 años, confrontó a Faraón y vio cómo el Señor liberaba a su pueblo de la esclavitud (Éxodo 3–13). También vio que el Mar Rojo se abrió, que el maná descendió del cielo; incluso, habló con Dios «cara a cara» (14:21; 16:4; 33:11).
Toda su vida, Moisés vivió expectante, mirando al futuro para ver qué haría Dios (Hebreos 11:24-27). Durante su último año de vida, cumplió 120 años, y, aun así, entendía que su vida con Dios estaba solo empezando y que nunca dejaría de ver la grandeza y el amor del Señor. Al margen de nuestra edad, «el eterno Dios es [nuestro] refugio, y acá abajo los brazos eternos» (Deuteronomio 33:27), quien fielmente nos dará su gozo cada día.
Señor, te alabo por todo lo que hiciste en el pasado, y te agradezcopor tus bendiciones hoy y por lo que harás en el futuro.
Cuando caminamos con Dios, lo mejor está aún por venir.
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