Más de uno me mirará mal. Otros dirán que qué barbaridad. Pero lo voy a escribir. Es lo que tiene la libertad de expresión. Puedo hacerlo. Y lo tengo claro. No tengo miedo. Ahí va: no pasa nada si a tu bebé no le das el pecho y le das biberón. “Noooo” dirán algunos. “No digas eso”. Pues si, lo digo porque lo pienso.
De verdad. No pasa nada. Tú no eres mala madre y tu bebé no va a salir traumatizado. Ni tendrá ningún tipo de tara para toda la vida. No caerá irremediablemente enfermo ni dejará de tener sistema inmunitario. No dejará de quererte ni te lo echará en cara. No te partirá un rayo, ni irás al infierno de las malasmadres.
De verdad, lo he comprobado. Tengo tres niños.
Me empeñé en dar el pecho a los dos primeros. Por ellos, por darles defensas. Por mí, para recuperarme mejor. Lo decía todo el mundo, estaba escrito en todas partes, había que hacerlo. Su nombre lo dice: lactancia “materna”, lactancia “natural”. Mucho más bonito que la lactancia “artificial”. Resultado: los pequeñines pasaban hambre y yo dolor. Ellos lloraban y yo también. No funcionaba pero insistí. Lo intenté y lo volví a intentar. Omitiré los detalles. Sólo decir que lo recuerdo como una tortura.
Con mi tercer bebé, lo vi claro en el momento en el que me quedé embarazada: lactancia artificial desde el primer día. Asumí el riesgo: a la mínima señal de cualquier problema de salud de la peque, alguien le echaría la culpa al bibe. Pero tuve suerte: ni cólicos, ni estreñimiento, ni un catarro, ni nada. Mi niña ha sido desde el primer día una gordita sana y feliz. Y yo su amorosa mamá.
Por supuesto, he aguantado miradas y comentarios. “Oh, qué pena”. “¿Pero no lo vas ni a intentar?” “Con lo bueno que es, para ella y para ti”. Ya. Pero a mí no me funciona. Me hubiera encantado, pero no he podido. Y no me voy a sentir mal por ello. Con esto no digo que la leche en polvo sea mejor que la materna. Seguramente no. Pero sí os digo que me he sentido feliz y realizada dando un bibe con amor y viendo como mi niña comía tranquila, y que esa sensación no la tuve dando el pecho. Así que sí. Con leche artificial hice algo natural: disfrutar dando de comer a mi bebé.