Lo pequeño y lo grande

Instagram: @tanaka_tatsuya

LO PEQUEÑO Y LO GRANDE

El comedor de personal del hospital es como la jungla. O como esa laguna a la que acuden los animales en tromba a saciar su sed con prisas, por lo que pueda pasar. Pocas mesas, mucha gente, hambre y poco tiempo. Cada día. Y allí las batas blancas, las estampadas (hospital infantil al fin y al cabo), los uniformes y algún atuendo de calle se reúnen, agrupados por servicio, categoría y/o especie, para qué engañarnos. Todos profesionales. Todos personas.

Pero si aprovechas para saltarte unos puestos en la cola del menú, o coges por sistema dos postres cuando tu menú (a precio irrisorio tras mucha súplica y recorte) te da derecho a uno, o finges, por seguir con tu sobremesa, no ver la cantidad creciente de gente que espera de pie con su bandeja a que quede libre un sitio para sentarse. Si ocupas una silla con tu bolso por no dejarlo en el suelo, si te paras en la puerta para hablar porque no eres capaz de ver la hora punta del pasillo, si no recoges tu bandeja porque ya alguien (¿quién?) lo hará. Si estos pequeños esfuerzos de microsolidaridad te resultan extremos o ajenos o innecesarios. Si tu amabilidad acaba en tu piel o en la de los de tu servicio/categoría/especie. Si ahorras en lo pequeño porque te reservas para lo grande.

Todos profesionales. Todos personas.

Sí, pero yo de ti no me fío.

LO GRANDE Y LO PEQUEÑO

Adriano Correia es un futbolista del Besiktas, ex de Barcelona y Sevilla, que estos días ha tenido que declarar ante el juez por una acusación de fraude fiscal que asciende a 646000€ durante los ejercicios de 2011 y 2012, cuando era jugador culé. Durante dos años este jugador (que ni siquiera era de los mejor pagados ni valorados en su club) defraudó, dicen, 646000€ en impuestos. En solo dos años, y dejando de pagar una parte de sus impuestos, que al fin y al cabo no es más que una parte de su sueldo, este señor habría ganado el doble de dinero que el importe bruto de lo que yo he ganado en toda mi vida laboral.

Y estoy bien alimentado y me doy caprichos.

Pero quería decirlo.