Revista Diario

Lo que ahora es grande, empezó pequeño

Por Fransanlag @fransanlag

Seguimos con las entradas inspiradas por el congreso Medicine 2.0.

He tenido la oportunidad de asistir a una interesantísima ponencia (por videoconferencia) del Profesor BJ Fogg, director del Laboratorio de Tecnología Persuasiva en la Universidad de Stanford.

Trataba sobre la influencia que las nuevas tecnologías móviles y sociales están ejerciendo en las formas de crear hábitos saludables y el tremendo potencial que tiene investigar en este campo.

No es la intención de esta entrada el hablar de su ponencia. Espero que la podáis ver vosotr@s mism@s en la web del congreso, si se deciden a publicarla.

Lo que quería compartir y comentar es una de las ideas que transmitió: “todo lo que ahora es grande, empezó siendo pequeño algún día”.

Esto puede parecer una perogrullada, pero parece ser que la única que no lo ha olvidado es la Madre Naturaleza.

Lo contaba a propósito de una experiencia que tuvo con sus alumn@s al proponerles una tarea algo diferente. Si no recuerdo mal, les encargó realizar una intervención que generara un hábito saludable en las personas que se pudiera medir.

Much@s estudiantes le confesaron en las semanas siguientes que estaban absolutamente bloquead@s y que no sabían qué hacer… esto era porque estaban pensando en hacer grandes cosas, intentando visualizar la idea definitiva… un proyecto que poco menos les otorgara el Nobel, además de un 10 en la tarea, claro.

Él respondió a tod@s con un ejemplo: ¡un vídeo de 20 segundos! No consigo encontrarlo en su canal de Youtube, pero intentaré describíroslo lo más fielmente posible. Se trataba de un primerísimo plano suyo y, con voz de anuncio de televisión, decía: “Voy a hacer algo bueno por tu salud en menos de 30 segundos. Ve a la cocina, coge alguna fruta o verdura como esta [mostrando una lechuga] y cómetela”. Él hace lo propio con la lechuga que mostró y exclama: “¡Delicioso! Ahora comenta este vídeo con lo que has comido y cómo te sientes”. ¡Ya está! Así de simple. Colgó el vídeo en su perfil de Facebook y pudo medir el resultado obtenido por su intervención estudiando los comentarios que suscitó la misma. ¡No os parece genial! Podéis alegar sobre lo sesgado de esta intervención (su canal de Youtube posiblemente tiene más impacto que los de sus estudiantes… o no), el escaso efecto de su intervención en el tiempo… y mil más… pero no caigáis en el mismo error que sus estudiantes, que estamos hablando de una tarea de Universidad, no de una actuación de la OMS. Fogg cogió lo que tenía e hizo algo de la manera más simple… ¡y funcionó! El vídeo tuvo cientos de comentarios gracias al efecto de las redes sociales, el mensaje llegó, que es lo verdaderamente importante.

Trasladando esto al mundo real. ¿Cuántas buenas ideas y proyectos prometedores hemos visto morir antes de nacer por no tener en cuenta este simple principio? Yo lo he vivido varias veces en mi entorno y, en muchas de ellas, he estado directamente implicado en el error o he sido el responsable del mismo. Sucede que a partir de una necesidad, surge una idea y, en lugar de crear la solución más simple que la satisfaga y ver qué ocurre, empezamos a montar reuniones, a implicar a varias personas, a montar comisiones y grupos de trabajo, imaginar mil escenarios imposibles… cuando esta vorágine comienza, el consumo de recursos se dispara, va pasando el tiempo y… ¡eso!, va pasando el tiempo, ya que es muy probable que el proyecto nunca vea la luz o que creemos un monstruo gigantesco cuya defunción tiene fecha antes de su nacimiento.

Fogg puso el ejemplo de Google y Facebook. Ambos empezaron como algo muy sencillo, algo que nada tiene que ver con los imperios que son ahora. Sus creadores tuvieron una idea simple y la llevaron a cabo, sin más. Luego las ideas funcionaron y empezaron a crecer… ¡como la vida misma!

Una de las cosas que más valoro del congreso Medicine 2.0, son algunas ideas que me he llevado; ideas que, como el ejemplo que nos ocupa, aunque parezcan una simple frase tienen el peso de un libro entero y que espero se conviertan en una lección aprendida que modifique mi forma de gestionar en el futuro.


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