Como todos los que nos ganamos la vida con esto del interné, me veo en la necesidad de acudir a eventos por todas partes. Y eso que no es algo que hiciera en principio.
De hecho, apenas he empezado a tomármelo en serio este año. ¡Habré ido a un evento cada semana como mínimo! Y en la mayoría lo pasamos tan bien que nos olvidamos de hacer fotos.
Pero no siempre fue, es ni será así. No todo el mundo sabe crear eventos alucinantes.
Antes me invitaban a tertulias, a talleres y a cosas así, e iba porque los montaba gente que conozco y en quienes confío… Y aún entonces pasaba ratos de apuro.
Me aburría. Me dejaban de aportar. No podía cuestionarles sin herir sus egos. No podía demandar valor sin que trataran de ponerme en mi sitio.
Pasa si quieres que te cuente cómo resolví este atolladero.
Consejos de un tocapelotas para disfrutar de los eventos a los que vayas (o crear eventos alucinantes)
Cuando uno se chupa tantos eventos como yo al año, aprende un par de cositas.
La primera es a tomar buena nota de lo que me gusta y de lo que no, para saber a qué personas arrimarme y de qué personas alejarme.
La segunda es la suma de aquello que no repetirías ni loco, en caso de hacer un evento tú mismo.
La tercera es que, tras casi todos los encuentros, quedadas, networkings, talleres y demás movidas; termina uno la sesión con dolores de cabeza. Y no porque te den cubatas, precisamente.
Y la cuarta es que nadie te va a dar lo que tú no pidas… Así que te aparecen dos opciones:
- Pedirle a tus favoritos que atiendan tus sugerencias para sus próximos eventos, o bien…
- ¡Montar eventos por tu cuenta y hacer justo lo que buscas!
La primera acojona bastante, porque ¡o sea, jeloooou!
¿Quién eres tú para hablarle a Noé de la lluvia?
Pero esta segunda, la de hacer las cosas uno mismo, es la que acojona más, porque…
¡Uuuuhhhh, joder!
¿Y si eres un bicho raro con gustos frikis? ¿Y si solamente tú deseas esas cosas?
¿Y si nadie más tiene las mismas quejas o los mismos intereses?
Y si, y si, y si…
Suma y sigue.
Todo el mundo se pone excusas para no hablar y no actuar.
Pero nadie piensa en cómo crear eventos alucinantes, y se limitan a seguir la costumbre
No cambies lo que funciona, te dicen… ¡Je!
Supongo que se refieren a lo que funciona para vender… Porque si no, no lo entiendo.
Por supuesto, a mí tampoco me gustan esos macroeventos donde vas a que te suban el hype en una fiesta de tres pares de cojones durante varios días seguidos…
Y tan pronto pasan dos días desde que acaba, sigues igual que estabas.
Regresas a tu vida habitual y la euforia desaparece en cuanto se te baja el globo.
Y de actuar para lograr cambios, nanay. El puente entre la vida que te muestran y la que tienes actualmente, es demasiado largo como para ser también sólido…
Con lo cual, no te sirve de nada.
Y yo no quiero hacer eventos de esta clase, así que me tuve que buscar las castañas para no venderle la moto a nadie.
Tras mucho pensar, acabé siendo simplemente como soy y haciendo simplemente lo que disfruto
¡Y funciona!
En mi caso era sencillo apostar por ello, porque…
- ¿Quién no querría dejar de calentar la silla sin más?
- ¿Quién no querría poder intervenir abiertamente?
- ¿Quién no querría divertirse, en vez de intentar no dormirse ahí mismo?
- ¿Quién no querría conocer a las personas que acuden al encuentro, en vez de recibir todo el rato esas infames tarjetas de visita y escuchar elevator pitches… y punto?
- ¿Quién no querría tener la ocasión de aprender y enseñar algo a la vez?
- ¿Quién no querría acabar el encuentro con ganas de seguir la juerga?
Te lo diré sin rodeos:
¡Prácticamente todas las personas de las que me rodeo en este ambiente!
No te creerías la cantidad de veces que me han dicho estas cosas o que las he dicho yo mismo… Bueno, no lo creerías a no ser que fueras parte de la conversación.
Porque, por supuesto, los encuentros parecen más bonitos en la foto… Es muy sencillo maquillarlos ahí para quedar bien en Facebook.
No se ve a la gente pasarlo mal cuando se pierde un tema del que querían saber más, o cuando todos están mirando en la misma dirección y solamente intuyen que tienen gente al lado.
Nadie mira a nadie. Nadie ve a nadie.
Todos se fijan en la figura que ocupa la palestra.
Los vínculos y las conexiones reales tienden a escasear en encuentros así.
Entonces, la conclusión es muy triste.
No encuentro gente apenas que sepa crear eventos alucinantes de verdad…
Que por cierto, ¡no será porque la gente no me colme a recomendaciones!
Recibo muchas y muy buenas, pero que no me sirven al final. Porque por supuesto, cada uno cuenta la peli según le ha ido en ella.
Pero, a la hora de la verdad, todo el mundo tiende a organizar sus eventos como una lección magistral de varias horas de duración.
Suele ser una reunión de exposiciones salpimentadas con un poco de todo entre misticismo, autoexploración, expresión y trabajo interior.
Pero lo dicho: son eventos enfocados a gente que quiere el resultado sin seguir el proceso, y que quiere vivir experiencias sin atender al propósito.
Y eso no es para todo el mundo. Porque la mayoría se queda igual que estaba.
Unos pocos afortunados, desde luego, los aprovechan al máximo porque les funciona ese estilo.
Desde luego, eso no es para mí.
Y como ya estaba hasta las pelotas de ello, aquí dejo mis sugerencias para acudir a un evento así, disfrutarlo a pesar de todo lo que pueda pasar Y desear quedarse hasta el final…
O bien de organizar y crear eventos alucinantes, dignos de pagar por ellos cada céntimo que pidas.
¡Avante toda!
Debes prepararte para cambiar y poner el esfuerzo que requiere
No importa lo bueno que sea el evento, ni las personas que lo dirigen. Tampoco importa cuál sea tu potencial o personalidad. Eso da lo puto mismo, literalmente.
Hay ojos que de legañas se enamoran, y hay legañas con muy buen mensaje por ahí.
Lo que importa, si acaso, es estar preparado para recibir (y para darte) lo que mereces. Porque eso es una deuda que contraes contigo mismo, y es la primerita que tienes que pagar.
Hay que llegar al encuentro con la mente abierta y dispuesto a cambiar, incluso cuando la situación te confronta directamente… Pero eso sí, con sentido común y cautela.
No todos los tipos de confrontación valen ni son comprendidos, debo decir.
No puedes permitirte humillar a nadie públicamente, por ejemplo, ni dejar que te humillen para dar un mensaje al grupo. Pero eso son discusiones para otro momento y lugar.
Lo que de verdad te hará sacarle jugo a un evento es involucrarte
Permanecer pasivo y a la espera de absorber nuestra energía y conocimientos simplemente por estar allí, es una malísima idea. Que lo sepas.
Así no vas a sacarle jugo a ningún evento y recuperar el valor de tu inversión.
En nuestra Comunidad hemos notado que las personas con los mejores resultados son las que más intervienen. Las que más demuestran sus ganas de aprender y de cambiar.
En las quedadas y otros eventos, propios y ajenos, hemos visto que la gente que más participa es la que más saca partido de todo ello.
La gente que conversa con los demás, y está dispuesta a aportarle a todo el mundo una sugerencia, un punto de vista o una posible pista de interés…
Mira bien, porque ESA gente es la que triunfa.
¡Pero no se trata de participar sin más! Y por ello la siguiente recomendación.
¡Debes exponerte!
Hay gente que por participar entiende “decir cualquier cosa y esperar a la respuesta del gurú/mentor/coach/speaker/loquesea”.
Y no. Eso es pura basura.
Es más, ni siquiera necesitas hablar o esperar respuesta si eso es lo que buscas.
Esto va de formar parte de la experiencia en sí, y no de los contenidos que compartamos en ella. Va de ti pasando por el proceso y echando carne al asador.
Es más, te contaré un secreto a voces:
¡Nosotros no podemos hacer que cambies! Tan sólo podemos acompañarte hasta cierto punto mientras lo haces.
Y resulta que nos es imposible acompañarte bien si nos cuentas cosas que no tienen NADA que ver contigo, o que le pasaron a un amigo de tu primo segundo por parte de abuela.
Todo lo que compartas debería tener sentido para ti y relación contigo.
Cuanto más te expongas y más te abras, mejor te irá.
Si puedes, prepárate el tema de antemano
Plantéate qué problemas tienes con el asunto a tratar, y qué relación mantienes con ellos. Plantéate también qué problemas has resuelto ya y puedes ayudar a otros a superar.
Por ejemplo… Qué te hace sentir disgustado con tu situación, con tu gente o contigo mismo, y también lo que te satisface de todas esas cosas.
Pregúntate qué cambiarías, qué mejorarías, qué quitarías y qué dejarías igual.
Y si te atreves, ve un poquito más allá y detalla los motivos de todo lo anterior.
Eso te ayudará a llevar el trabajo de cualquier evento a una zona más profunda. Y de hecho, también te ayudará a mantener mejores conversaciones con la gente que acuda.
Por supuesto, estas recomendaciones no son para gente vainilla.
Tómalas si estás preparado para ello.
Practica la familiaridad como es debido
Si vas a un evento donde no puedes hablar con nadie (da igual si los conoces ya o no) excepto al principio, al final y en los descansos…
Sabes que vas a terminar drenado de energía y con mal café.
Una manera ideal para conseguir el máximo beneficio de todas las experiencias en las que participes, es conectar con las otras personas que participan.
Son compañeros de viaje, son espejos para ti y colaborar entre todos será más fructífero.
Por eso mismo, puedes permitirte ser tan auténtico como te atrevas a ser, para recibir el mismo trato por parte de los demás.
Aunque suene raro, cuanto más te relajes tú en compañía de otros, más se sienten los demás invitados a relajarse a tu alrededor.
Y eso solamente puede significar buenas conexiones de partida.
Por supuesto, sé positivamente egoísta
Aunque suene paradójico, y aunque quieras lo mejor para todos los participantes, recuerda:
Tú has pagado por esto y a nadie le importa tu cambio o tu transformación más que a ti.
Entonces, si alguien remolonea, si ves que se queda atrás… Por muy bien que te caiga, no dejes que te arrastre.
Continúa a tu ritmo y preocúpate de seguir cambiando tú.
Deja a los demás ser responsables de sí mismos.
Como le decimos Diana y yo a las personas que vienen a nuestros Conversatorios Fluyendo…
¡Al final esto es para ti, fluyente!
Aunque te pedimos compartir y participar con los demás, no te pedimos que te cargues responsabilidades que no te corresponden ni que intentes cambiar la vida de nadie.
Así que ya sabes: aporta donde puedas, y aparta cuando debas.
Y por último, pero no menos importante… ¡Demanda valor!
Desafía a todo el mundo allí.
No importa a quién, ya sean los que dirigen o los demás participantes.
Haz preguntas. Cuanto más específicas e incisivas, ¡mejor!
Pregunta especialmente acerca de todo lo que no entiendas, porque así es como nos ayudas a los demás a ayudarte a ti.
No te quedes en silencio esperando a una segunda vuelta que no demandas, ni esperes que te resuelvan mágicamente las preguntas que tienes y no vocalizas.
Pide exactamente lo que quieras saber.
Así podrás ver a todos al descubierto. Libres de fachadas y artificios. Y, con un poco de suerte, los podrás impulsar a un cambio, siendo tú su espejo.
Aquí acaba mi recopilación de consejos favoritos para hacer eventos alucinantes
Por supuesto, se trata de una lista que me he sacado de la manga, y que está basada precisamente en un ejemplo gastador.
No necesitas ir a tantos eventos como fui yo para llegar a este punto. De hecho, con dos o tres basta.
Pero si encima tienes la suerte o la desgracia de vivir de tu pasión en Internet, no te queda otra que tragarte unos cuantos al año…
Así que mejor será saber cómo volver un evento alucinante aunque no sea tuyo. Y si al final del día, esto te ha enseñado a organizarlos mejor, pues más feliz me quedo.
Por supuesto, siéntete libre de contarme todas tus experiencias con los eventos en los comentarios.
Estoy deseando saber las cosas alucinantes que te han pasado, sean buenas, malas o cualquier cosa entre medias.
Con un poco de suerte, este texto se vuelve viral y de repente todo el mundo cambia su forma de hacer eventos… Y nosotros pasamos de quejarnos a pasarlo de puta madre.
¿Te quedaste con las ganas de probar un evento alucinante?
Pues no te preocupes, porque tienes opción a ello antes de acabar este mismo mes.
El viernes 20 de octubre y el sábado 21, Diana y yo estaremos en Madrid con nuestras dos variantes de eventos alucinantes:
- Las Quedadas Fluyendo, para bloggers, nómadas digitales, emprendedores y trabajadores del 2.0 inconformistas. Para los que quieren llevar sus asuntos con alma, y no limitarse a seguir ciegamente los consejos y métodos de moda.
En esa opción el grupo lo componen 25 personas, y hay que adquirir una plaza pagando 9 euros.
Limitamos voluntariamente la disponibilidad para mantener la calidad del encuentro, además de alquilar una sala privada e incentivar que todos llevemos comida y bebida para compartir.
Así nos aseguramos de que todos estamos a gusto y podemos intervenir.
- Los Conversatorios Fluyendo que mencionaba más arriba. Son encuentros más profundos que un curso, más cercanos que un 1 a 1 y más ágiles que un mastermind, al estilo de las reuniones virtuales de la Comunidad Fluyendo.
Aquí las personas que desean tocar temas profundos encuentran el lugar idóneo para ello. Por supuesto, las plazas también son limitadas por las mismas razones que las quedadas.
Este mes, por ejemplo, tenemos el Conversatorio sobre Identidad.
El poder del grupo aumenta el poder personal de todos los participantes. Todos aportamos ideas, recuerdos, propuestas y aprendizajes. Compartimos y conectamos abierta y honestamente.
Y al final de ambos encuentros, disfrutamos de unos cócteles por cortesía de Karibeño Cocktails.
En el primero de Barcelona nos trajeron mojitos. En el de Madrid, también. ¿Quién sabe qué sorpresa nos traerán en los siguientes? 😉
Autor: Sergio Melich (Kheldar)
Pedagogo al 90% y subiendo. Comunicador y mentor por vocación (y pronto, más cositas). Autor de las webs La Vida es Fluir & Play it Sexy!, Aventurero y Heartist (persona comprometida a vivir, crear y obrar con cabeza, corazón y conciencia). Escribo sobre el Buen Vivir: autoaprendizaje, estilo de vida, habilidades sociales, relaciones y más.
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