Además de una fiebre de títulos sin precedentes, de la inyección de autoestima barcelonista, del unánime y universal reconocimiento por las formas y de la admiración generalizada, Pep Guardiola deja tras de sí una serie de legados tácticos determinantes en su éxito y que, en mayor o menor medida, han contradicho algunos tópicos futbolísticos o han enriquecido el panorama táctico.
1.- Valdés o el líbero con guantes: El rol de portero adelantado con gran disposición para el juego de pies no es nuevo, claro. Y menos entre la escuela barcelonista de origen holandés. Pero sí es digno de señalar el total empecinamiento de Guardiola en su afán por hacer de Valdés el primer generador de juego. Incluso tras el error. Y como muestra un botón: Tras el 1-0 de Benzema en el Clásico liguero de Chamartín, Valdés siguió intentando construir desde atrás y siempre en corto. Error o virtud, la utilización de Valdés de este modo es uno de los mejores símbolos de la transversalidad del juego posicional llevado a la práctica por Pep.
2.- El fútbol es para los centrocampistas: No solo ha intentado priorizar la cabida de los medios en el once titular, si no que ha apostado por la reconversión de Mascherano, que a su magnífica intensidad defensiva ha añadido una gran capacidad para adaptarse a su nueva posición y ha ofrecido alternativas al juego culé en cuanto a la salida de balón desde la zaga se refiere. Mientras Clemente apostaba por copar la medular con centrales, Pep ha recorrido el camino inverso.
3.- La vigencia de lo aparentemente desfasado: Conceptos como la defensa de tres, el marcaje individual o la idea de desarrollar el juego de todo un equipo para potenciar las virtudes del mejor jugador, han sido algunos de los recursos tácticos utilizados por Guardiola pese a ser elementos, como poco, en desuso.
4.- Maneras de tirano: Pep ha sabido sacarse de encima a las manzanas podridas del vestuario desde el primer día, no ha dudado a la hora de dar puerta a grandes inversiones y ha sabido codearse de una serie de fieles pretorianos que han blindado su jerarquía en todo momento: Además de consolidar su idea de juego subiendo algunos canteranos que conocía bien, ha potenciado el peso en el club de los capitanes y ha fomentado la estabilidad emocional del vestuario de muchas maneras: cerrando filas de cara a la prensa, priorizando la llegada de algunos jugadores afines a algunas vacas sagradas de la plantilla o valorando, casi por encima del resto de aptitudes futbolísticas, el factor psicológico: Por bueno que fuera fulanito no ha venido si este no ofrecía todas las garantías a nivel “psicológico”.
5.- La falacia del 3-4-3 y el equipo que jugaba sin “9″: Sobre todo este año, se han escrito ríos de tinta hablando del 3-4-3 como el sistema “utópico” de Pep y del que ha echado mano en un puñado de ocasiones. Sabido esto, ¿hasta qué punto este sistema ha sido rupturista? A efectos prácticos, el Barça con Alves como martillo por la derecha y con Busquets de mediocentro ya ha jugado con solo tres defensores puros aun contando con línea de cuatro de inicio. ¿Cuál ha sido la intención del giro táctico pues? Que los hombres de banda ensancharan más el campo recorriendo menos metros en el intento y ganar un centrocampista más para asegurar la circulación de balón.
Por otra parte, y desde el principio del ostracismo de Ibrahimovic -que coincide con la reconversión de Messi a falso ariete- el Barça de Pep se ha caracterizado por no contar con un delantero de referencia. Fuera del club Eto’o o Ibrahimovic, el Barça no ha contado con especialistas en esa posición mientras ha gozado de un gran abanico de gente de banda capacitada para ensanchar el campo, abrir la lata y potenciar la capacidad goleadora de Messi (Pedro, Alexis, Cuenca, Tello, etc). Messi no permanece arriba, llega pensando como un centrocampista y recorriendo el camino del mediapunta. He ahí la gran diferencia.
¿Qué pensáis vosotros sobre el legado táctico de Pep?