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"LO QUE DICEN LOS DIOSES” de Alberto Ávila Salazar, una apuesta arriesgada de novela negra con tintes sobrenaturales

Publicado el 11 junio 2016 por Marianleemaslibros
DICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturales
El deseo de matar, de comprender qué hay dentro de un cuerpo. De saciarse, de soñarse casado con una niña.
Era algo que no podía controlar, como un tic nervioso o un pensamiento del que no te puedes deshacer.
Cuando veía una niña, la imaginaba abierta en canal y a él mismo montando el cadáver. Intentó anular el deseo, frecuentó prostitutas adultas, pero era imposible.
Las primeras cinco niñas que asesinó en la carnicería le produjeron plenitud, le dejaron la sensación de que hacía algo sagradoDICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturalesSerena Conti es una italiana que vive en Madrid con su marido Bruno, en los años 50. Cuando éste fallece en extrañas circunstancias, ella sorprendentemente se convierte en médium
Empezó a ver el fantasma de su marido y a comunicarse con él. Era raro el día en que Serena no se despertaba sintiéndolo a su lado, en la cama. Se trataba de un espíritu poco posesivo, que le pedía que aliviara el luto y que rehiciera su vida, por lo que no tardó en recuperar su apellido de soltera

Con el fin de poner a disposición de los demás su preciado talento,  empieza a colaborar con la policía (concretamente con el comisario Roberto Iríbar) en la resolución de casos complicados, al ser capaz de comunicarse con los muertos.
De esta forma, descubren los restos de cinco cuerpos pertenecientes a unas niñas, antaño brutalmente asesinadas y deshuesadas por un carnicero que se dedicaba a despachar carne por el día y trocear chicas de noche y que consiguió huir de España sin que nadie le descubriera.
Pero en la misma casa, además de los huesos, también están sus fantasmas, que solo Serena podía visualizar. Para no sentirse tan sola, las adopta y se las lleva a vivir con ella, pasando a formar parte de su peculiar y fantasmal  familia.
Formaban una extraña comitiva; Serena la encabezaba orgullosa y las niñas, invisibles para casi todo el mundo, avanzaban ebrias en un mundo solar por el que apenas se podían desenvolver. Desde ese día la italiana, cuya cordura ya estaba puesta en entredicho por muchos, afianzó su reputación de persona fuera de sus cabales. Se dejó llevar por un extraño instinto maternal y les hablaba en público, sin percatarse de que lo que sus ojos veían no podía verlo

En 1975, dos periodistas, Mariana y Adrián,sacan a la luz aquellos crímenes sin resolver y empiezan a investigar la casa encantada donde todavía habitan esas almas en pena y que ha permanecido cerrada e inaccesible desde la muerte de la madre.
Como es lógico, la casa de Serena no tardó en ganarse la fama de estar encantada. Se veían siluetas extrañas en las ventanas y los sirvientes contaban historias inexplicables

Por involucrarse demasiado, ambos empiezan a experimentar inquietantes sucesos paranormales que les aterran, como un mal de ojo del que no pueden librarse. Y es que parece que a ellos también les ha llegado el influjo y la maldición de la diosa Cibeles.
¿Sacarán algo en claro acerca del crimen de la carnicería, el asunto de la médium italiana y la casa encantada de Lagasca? ¿Que pasará con las niñas?DICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturalesDICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturalesDICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturalesAlberto Ávila nació en Madrid en 1975 y es licenciado en Derecho. Ganó el IX Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid por la novela "Todo lo que se ve" (Lengua de Trapo, 2006).
Ha colaborado en varios ensayos colectivos como "Cuadernos del abismo", "Homenaje a H.P. Lovecraft" (Literaturas.com, 2008), "De Galatea a Barbie", "Autómatas, robots y otras figuras de la construcción femenina" (Lengua de Trapo, 2010) y "De Prometeo a Frankenstein", "Autómatas, Ciborgs y otras creaciones más que humanas" (Evohé, 2012).
Dirigió junto a Guido Vincenzini el cortometraje "Antes del fin" (2012), ha colaborado con medios como el diario El País, la revista Esquire (ed. México) o El Estado Mental.
Su primer poemario, "El color y la forma" (Sediento, 2014), ha sido recientemente publicado en México.
 “Lo que dicen los dioses” ha sido publicada en 2015 por la editorial Versátil y hace nada se acaba de publicar su última novela “Iluminada” (2016).
DICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturalesNo consigo recordar en este momento como he dado con este autor y con este libro que, ya os adelanto, me ha gustado mucho.
Sabéis que últimamente no salgo de la novela de suspense, pero “Lo que dicen los dioses” no es una novela de suspense cualquiera, no es una de tantas. ¿Por qué? Pues veréis… Para empezar me ha parecido ante todo original, distinta, novedosa.
Un argumento completito: un asesino en serie que además de muy macabro es pedófilo, una médium que habla con los muertos y que vive con ellos, fantasmas que a veces no son conscientes de su naturaleza incorpórea, periodistas que juegan a ser investigadores intentando resolver casos que quedaron inconclusos, y hasta un policía que ya no quiere ser policía porque no quiere remover el pasado. Atrayente, ¿verdad? Al menos sí para mí.
Curiosamente Madrid (la mayoría de los rincones de esta ciudad que se describen, te serán muy familiares, sobre todo si vives en ella) y la diosa Cibeles, desempeñan un papel importante en la novela. Un Madrid con sus dos versiones, la visible y la oculta, y una fuente que en realidad es una diosa cruel que incita a cometer sangrientos sacrificios (nunca pensé que podría ver La Cibeles bajo esa perspectiva)
Todas las ciudades están bajo el designio de algún dios o potencia. Madrid está bajo el de Cibeles. Ella nos ampara

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
Como ya os he adelantado, sí, mucho. Una novela que me ha mantenido muy interesada desde el comienzo. Y es que, el hecho de conocer desde las primeras páginas la identidad del asesino, no le quita al lector (en este caso una servidora) las ganas de seguir leyendo, ni sustrae un ápice de emoción al resto de la historia.
Los personajes me han gustado, todos. Creo que están bastante trabajados y dotados de cierta complejidad. Pero también es cierto que el autor no se complica demasiado con el lenguaje, con la prosa, que me ha resultado un poco de andar por casa, demasiado sencilla (quizás ésta sea la única pega que le encuentro al libro).
La narración es a tres bandas y abarca tres décadas con:
-Capítulos del pasado donde se narra la época de los asesinatos y la vida posterior del asesino.
-La historia de la vida de Serena, cuando encuentra a las niñas vagando como almas en pena y se las lleva con ella.
-El relato de la investigación de Mariana y Adrián intentando sacarle información a un desagradable y poco dispuesto comisario Iríbar que, por suerte o por desgracia, continúa vivo en la actualidad.
Resumiendo, estamos ante una obra con ciertos toques de crudeza (algo que a mí me chifla, soy un poco macabra, lo reconozco), cuyos protagonistas son los muertos, los vivos y los dioses. Un argumento que a grandes rasgos no deja de ser más que la tradicional lucha entre el bien y el mal, que me ha enganchado totalmente.
Os la recomiendo, sobre todo si os gusta lo paranormal, lo sobrenatural, o si sentís curiosidad por conocer las costumbres y la forma de vida de esos seres ultraterrenales que aunque no veamos, seguro habiten entre nosotros.
No es sencillo explicar lo que siente un fantasma. Permanecen en un estado similar al sueño, en un aturdimiento constante. El tiempo no pasa para ellos y tienen una percepción de nuestro espacio físico tan nebulosa e irreal como nosotros la tenemos de ellos. Los sentidos de los espíritus son muy pobres, carecen de tacto, pues la materia no tiene sentido para ellos y son casi ciegos. Viven en una oscuridad continua y les hiere la luz, por eso huyen de ella.
Porque..., como nos cuenta el autor:
Si mueres y tienes la mala suerte de convertirte en un fantasma, la peor consecuencia que vas a sufrir es la despersonalización. Con el paso del tiempo cuesta más mantener una naturaleza coherente, la manera de ser del fallecido se va diluyendo como el recuerdo de un sueño a lo largo de la mañana. Esta es la tragedia del fantasma, que para conservar su ego tiene que enfatizar los detalles de su personalidad que todavía consigue recordar; así, acaba convirtiéndose en una parodia de sí mismo, en una caricatura de su propio pasado que, sin querer, se burla de su propio horror

Mi puntuación es la máxima, como no podía ser de otra forma:
DICEN DIOSES” Alberto Ávila Salazar, apuesta arriesgada novela negra tintes sobrenaturales

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