El pulpo es un animal verdaderamente fascinante. Ocho tentáculos, tres corazones, dos ojos, y un cerebro. Es un gran depredador marino, que caza peces y crustáceos. Tiene una vista muy desarrollada, y es capaz de cambiar de color a voluntad e incluso de modificar la textura de su piel para hacerse pasar por una roca submarina. El pulpo pertenece al gran grupo de los moluscos, animales invertebrados de cuerpo blando que se dividen en tres grandes grupos: bivalvos, gasterópodos y cefalópodos.
Entre los bivalvos encontramos a unos cuantos “suculentos” conocidos, como las ostras, las almejas, los mejillones y las vieriras. Lo más característico de estos animales es la concha. Como su nombre indica, los bivalvos poseen dos valvas, o placas, que cubren y protegen sus blandos cuerpos. Esta concha es dura, y consta de tres capas: La capa interior está hecha de nácar, seguida por una capa intermedia de calcita o aragonita y finalmente, de una capa exterior de carbonato cálcico.
La tendencia evolutiva mayoritaria en estos animales los suele llevar hacia una vida sésil, anclados en una roca, con una dura coraza en la que confían para su protección. Existe sin embargo una notable excepción, y es que las vieiras han optado por hacer más fina su concha, perdiendo de esta forma bastante peso, y pudiendo así nadar libremente…>>Seguir leyendo el resto de la entrada en El ojo de Darwin.