Lo que duele no es que te hayas ido. Lo que duele es saber que no volverás. Que te has ido con lo puesto. Lo que duele es que no retomaremos esa partida de cartas.
Lo que duele no es que te hayas ido. Lo que duele es que tengamos que habernos reunido aquí, en tu barrio para despedirte.
Lo que duele no es que te hayas ido. Lo que duele es que la última vez que te vi sabía que podía ser la ultima y quise parar el tiempo, pero el tiempo quiso continuar
Lo que duele no es que te hayas ido . Lo que duele son tus palabras “Tengo ganas de veros”. En febrero abuela a tu vuelta vamos a verte te lo prometo. Y aquí estamos y tu no has llegado.
Lo que duele no es que te hayas ido. Lo que duele es saber que no volverás.