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Tengo que confesar una de las carencias que espero que mi instinto maternal ayude a superar algún día. Confieso que no se como tratar a los niños, no se hablarles, no se me dan nada bien y creo que ellos lo notan. Soy una de esas personas que se sienten y, supongo, se ven patosas cuando están con niños.Siento un poco de envidia cada vez que veo a una de esas personas a la que los niños adoran a los 10 segundos de conocerles. Es un asunto que me preocupaba mucho y aun me preocupa un poco de cara a pensar en la maternidad. Pensar que a alguien a quien no se le dan bien los niños quiera ser madre parece una locura. Pero el reloj biológico no atiende a razones.Me da miedo coger a los bebes, tengo miedo de que se me caigan o hacerles daño. Me se la teoría pero en la práctica me bloqueo. Suelo evitar cogerlos, admito que me da miedo y en general no insisten mucho para que los coja. Bueno, quizás escuche algún “pues deberías de ir practicando para cuando tengas los tuyos”.Con bebes un poco más grandecitos me limito a seguirlos y evitar que rompan cosas o se hagan daño. No los sé entretener, no les sé cantar, no sé juegos adaptados, soy un desastre.Con niños no sé de qué hablarles ni qué preguntarles. Solo se me ha dado bien un niño y fue porque era tan hablador y tan dicharachero que con tener a alguien que lo escuchara era feliz. Un encanto de niño.Me tranquilizó mucho una mamá a la que le pasaba lo mismo antes de ser madre. Cuando nació su niño todo surgió con naturalidad, es capaz de pasarse horas jugando con él sin tener que esforzarse. Eso si, me aclaró que con el resto de niños de su entorno sigue sin salirle de forma natural. Por todo lo que la he observado es una madraza, así que no tengo dudas de que su instinto ha podido con todo.