El País publicó una noticia en su web el pasado lunes con el titular Sanidad concluye que el principal efecto de la homeopatía es placebo, y en portada el martes en la edición impresa, volvió con el titular La homeopatía es ante todo placebo, sobre un documento de Análisis de situación de las terapias naturales publicado por el Ministerio de Sanidad del anterior gobierno, precisamente el 19/12/11, en el que ha colaborado el Instituto de Salud Carlos III y que en parte ya hemos comentado en este blog bajo el punto de vista de un profesional de la Medicina.
La interpretación del diario globalizador en castellano es cuando menos “personal”. Veamos qué dice el texto del Ministerio sobre la homeopatía, sus luces y sus sombras: ”Homeopatía: es una técnica que ha empezado a ser evaluada con criterios de medicina basada en la evidencia en los últimos años, por lo que se puede afirmar que su evaluación científica está en sus inicios. En general, las revisiones realizadas concluyen que la homeopatía no ha probado definitivamente su eficacia en ninguna indicación o situación clínica concreta y los resultados de los ensayos clínicos disponibles son muy contradictorios. En cualquier caso, los medicamentos homeopáticos, en diluciones extremadamente altas, utilizados bajo la supervisión de profesionales se consideran seguros”.
(…) La ausencia de demostración de su eficacia no debe ser considerada siempre como sinónimo de ineficacia. (…) La homeopatía, la acupuntura y la quiropráctica son las terapias más demandadas por los usuarios, si bien no existe una regulación global de las terapias naturales en ningún país occidental. (…) Lo que los sistemas sanitarios públicos reembolsan con más frecuencia son los tratamientos homeopáticos.
(…) Algunas terapias naturales como la homeopatía y la acupuntura, por su idiosincrasia, precisan de un modelo científico especial, adaptado a sus características, y que requiere nuevos procesos de validación.
(…) Se identificó una revisión sobre los efectos del Oscillococcinum homeopático para la prevención y tratamiento de influenza y síndromes parecidos (Vickers AJ, 2006). No se encontró evidencia sobre la eficacia en la prevención de estos síndromes, pero sí de la disminución moderada de la duración de los mismos. Los resultados iniciales son prometedores, pero no son lo suficientemente sólidos como para recomendar su uso como tratamiento de primera línea”.
A pesar del titular del País, el informe, aunque falto de información en algunos puntos e incompleto por ejemplo en materia de investigación, se ajusta bastante a la realidad, incluso hace afirmaciones que, tratándose de un informe de Sanidad, pueden resultar positivas para la homeopatía. Además de lo comentado, el informe realiza valoraciones como:
“las terapias naturales son utilizadas como segunda o tercera opción de tratamiento, o con carácter meramente complementario, por lo que los niveles actuales de evidencia pueden ser valorados como suficientes para justificar su utilización en determinadas situaciones clínicas”.
Me resulta paradójico que por lo que se suele criticar, por lo general para intentar desacreditar a la homeopatía, es por su “falta de evidencia científica”. Suele negarse su mera existencia. Pero existir existe, el propio Ministerio lo reconoce. Por supuesto, para los fabricantes de productos homeopáticos y las asociaciones de médicos que trabajan con la homeopatía estos no son debidamente tenidos en cuenta. Es lo que afirma la Asamblea Nacional de Homeopatía, órgano de representación de la mayor parte de los médicos, veterinarios y farmacéuticos homeópatas españoles:
En la elaboración del informe del Ministerio de Sanidad sólo se han tenido en cuenta una serie muy reducida de estudios, nueve en total, que han sido seleccionados mediante unos criterios subjetivos mal definidos (sesgo de selección), omitiendo los resultados de estudios clave y los estudios posteriores a marzo de 2007, algunos de los cuales son del más alto valor metodológico y positivos para la homeopatía. Por lo tanto, en muchos de los estudios y meta-análisis no contemplados por el Instituto Carlos III (más de 200 artículos publicados en revistas de referencia) se demuestra repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo. Tampoco se han tenido en cuenta las experiencias en sanidad pública a nivel internacional que avalan la seguridad, eficacia y relación coste-beneficio favorables a la homeopatía.
Hay fabricantes de las famosas bolitas que dicen que sí existe evidencia científica a favor de la homeopatía. Una revisión realizada por la Faculty of Homeopathy identifica 142 estudios y 23 revisiones de calidad publicados en revistas biomédicas. Destacan los estudios positivos sobre fibromialgia, artrosis y sinusitis, y de las revisiones se extraen conclusiones favorables a la homeopatía en alergias, infecciones de vías respiratorias altas, diarrea infantil, síndromes gripales, enfermedades reumáticas, rinitis alérgica y vértigo.
Es más, las 75 publicaciones sobre estudios in vitro, hechos en tubos de ensayo en un laboratorio y por tanto incompatibles con el efecto placebo, confirman que los medicamentos homeopáticos funcionan (Witt, 2007). Los estudios realizados sobre homeopatía veterinaria en granjas confirman también los resultados de la homeopatía no explicables por efecto placebo.
La semana pasada chalé con la directora de Comunicación del laboratorio Boiron, cuyas instalaciones visitaré en breve (me consta que hay periodistas de medios que critican por sistema todo lo que tenga que ver con homeopatía que no han contestado a la invitación de visitar los intestinos de “la bestia”) y me entrevistaré con su Director Médico para conocer más detalles y seguir intentado comprender de qué va todo esto. Esta persona me reconocía que
“es cierto que en Homeopatía, como en el resto de las áreas de la Medicina, es necesario investigar más. Además hay que tener en cuenta y así lo señala el informe de Sanidad, ‘muchas de estas terapias han empezado a ser evaluadas con métodos científicos a finales del siglo XX’. En esto el informe de Sanidad coincide con la sección Clinical Evidence de la prestigiosa revista científica British Medical Journal, que explica que hay que tener en cuenta la experiencia clínica porque no es fácil disponer de estudios en calidad y número suficientes para evaluar todas las posibilidades terapéuticas en la consulta. De hecho, según este organismo el 64% de las actuaciones médicas no habrían probado suficientemente su eficacia mediante estudios, pero una buena parte de ellas están avaladas por la experiencia“.
El propio Ministerio dice que estos tratamientos son “seguros” y coincido con que
“es aceptable exigir altos niveles de exigencia para recomendar tratamientos que impliquen altos riesgos y/o altos costes”.
Aunque creo que si hay una evidencia clínica importante, como la hay, los propios laboratorios que fabrican estos productos y los profesionales sanitarios e investigadores han de ser los interesados en ir más allá y trabajar por la evidencia científica, como se reconoce que en los últimos lustros se está haciendo.
Declaración de conflicto de interés: Este blog ofrece publicidad de la campaña Homepatía sí.