Práctica para deshacerse del apego «los pensamientos llegan… Los pensamientos se van»
Siéntate estabilizada, recta y de manera que te sientas cómoda. Concéntrate en tu respiración. Es suficiente con un 20-39% de la atención fijada en la respiración.
Igualmente vas a seguir percibiendo todo lo que hay a tu alrededor y las sensaciones que te provocan: se escucha cacharreo algo lejano que proviene de la cocina, eres consciente de tu cuerpo, quizá sientas la boca seca, y te llega el aroma por la ventana de los jazmines del jardín. Pero esas percepciones sensoriales igual que llegan se van.
De pronto te asaltan recuerdos o pensamientos: «A las cuatro tengo que recoger al niño, dónde dejé las llaves?, Me gustarían unas vacaciones en Italia…» Eres consciente de que los pensamientos igual que acuden a ti se van o se evaporan o se olvidan. No tienen un cuerpo físico por eso es más fácil deshacerse de aquellos que nos molestan o no nos permiten evolucionar. Descansa al ser consciente de esta capacidad. Ya no te aturden, ya no te afectan porque se van….
Así nos liberamos de preocupaciones y obsesiones porque somos libres, nos liberamos de una de las condenas de la mente.