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Lo que es bueno para el cliente, también lo es para la empresa: ¡comunícalo!

Por Xavs

Lo que es bueno para el cliente, también lo es para la empresa: ¡comunícalo!

François Michelin es un apasionado hombre de negocios y líder indiscutible de una de las empresas más importantes del último siglo como es Michelin. Desde 1955 a 1999 fue gerente de esta multinacional francesa consiguiendo situarla en la primerísima línea de las empresas del sector gracias a la introducción del neumático radial en el mercado y a una concepción humanista de la empresa.

Llevaba mucho tiempo queriendo escribir un artículo sobre este personaje, al que admiro profundamente, tanto por su filosofía empresarial como por su forma de enfocar la vida en relación con los negocios y os recomiendo efusívamente que leáis el libro que recoge toda su experiencia vía un ameno diálogo con dos periodistas franceses expertos en temas de economía. Éste se titula “Empresa y responsabilidad” y lo edita Ediciones Encuentro.

Mi parte preferida del diálogo es cuando se refiere a la introducción del neumático radial en el mercado. Un hecho que marcó el despegue de la marca francesa al liderazgo del sector durante largas décadas gracias a la implementación de una mejora competitiva radical respecto al resto de competidores y bajo el lema “Lo que es bueno para el cliente, también lo es para la empresa”.

Como os contaba, François Michelin apostó por el cliente. Cuando lanzaron el radial un sector importante de la empresa estaba en contra de la medida ya que había que dividir el proceso productivo en tres partes cuando con el neumático clásico bastaba con uno, se pensaba que los vendedores se pondrían furiosos porque en vez de vender tres neumáticos, sólo venderían uno puesto que el radial aguantaba tres veces más kilometraje que el clásico y por otra parte, preveían que el “nuevo” producto iba a costar muy caro debido a la necesaria inversión en nueva maquinaria.

Acto y seguido, y bajo las propias palabras del protagonista de este artículo, “El jéfe de la época, el señor Puiseux, decidió probar el neumático radial sobre un recorrido que conocía bien, entre Clermont-Ferrand y el Jura. Se dio cuenta de que tardaba una buena media hora menos para hacer la misma ruta, que se fatigaba menos, que gastaba menos combustible y que, por tanto, podía hacer el trayecto de una forma más agradable. Todo ello era bueno para el cliente. En consecuencia, no cabían dudas, había que lanzar el radial”.

Ninguno de los competidores de Michelin “cogió el vuelo” del neumático radial en el momento, lo que lanzó a la marca francesa al abandono de la era industrial para pasar a la postindustrial y de paso, situarse como la referencia del sector.

En la actualidad Michelin sigue manteniendo su estatus de líder del sector, eso sí, perseguidos muy de cerca por Bridgestone, pero esto no es relevante. La multinacional francesa continúa investigando y desarrollando nuevos productos siendo la empresa que más invierte en este tipo de tareas y consiguiendo excelentes resultados: Los neumáticos Michelín, a día de hoy, aguantan más, hacen menos ruido y hacen consumir menos combustible al vehículo que los de la competencia. Todo esto es aprovechado por los departamentos de marketing y comunicación de la compañía que le sacan todo el partido posible a estas ventajas competitivas gracias a campañas publicitarias como la que os ofrezco en el vídeo situado sobre este párrafo.

Como puntos a destacar de este artículo señalaría los tres siguientes:

1.- Dirigir las estrategias empresariales hacia el cliente: Si es bueno para el cliente, es bueno para la empresa.

2.- Si se dispone de una ventaja competitiva cláramente superior a la de la competencia hay que explotarla todo lo que se pueda mediante estrategias de comunicación corporativa y marketing.

3.- Es de obligado cumplimiento leerse “Empresa y Responsabilidad” de François Michelin.


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