Revista Belleza

Lo que escribo (XIII): No todos los que vagan están perdidos.

Por Gadirroja

Lo que escribo (XIII): No todos los que vagan están perdidos.El reto de escritura de esta semana me ha parecido muy bonito.Mag nos hace un doble reto, con una imagen y una serie de citas entre las que teníamos que elegir una y ubicarla en nuestro escrito. Yo he seleccionado la que da título a este post, que es de "El Hobbit", de J.R.R. Tolkien.
Vamos a ver lo que salió.



Lo que escribo (XIII): No todos los que vagan están perdidos 02

“Esta niña no vale para la escuela” fue la frase que más veces escuchó en su infancia. Primero a alguna profesora, luego incluso al Doctor Martínez, que había sido médico de la familia desde que su padre, Don Manuel, era un joven empresario y, finalmente, a un psicólogo de gran bigote y olor empolvado al que la llevaron varias veces ya en la adolescencia.

Y es que Inés – parece que la estoy viendo – fue peculiar desde su tierna infancia. Cuando sus compañeros aprendían el ABC, ella parecía abstraída en su mundo, con la mirada perdida frente a la cartilla.

Más tarde, ya en la básica, sus ojos enfocaban sin ver, levantaba la cabeza de los manuales y no expresaba entendimiento alguno. “Mira adelante, pero parece estar muy adentro de sí”, dijo con bastante acierto su profesor de Matemáticas, don Marcial.

Porque Inés era dócil, callada, una niña muy educada y muy buena…pero apenas si conseguían que aprendiera porque siempre estaba distraída, ensimismada.

Llegó a la secundaria a duras penas y allí terminó por abandonar aquello que para ella, era prisión más que liceo.

Todas esas vivencias, que le supieron amargas, porque nunca parecía ser capaz de ofrecer lo que de ella se esperaba, ahora le venían a la mente provocándole una sonrisa. A la edad de veintiún años, Inés se había matriculado en un curso de mecanografía “A ver si te ganas la vida de alguna manera” – le había dicho su madre. Y, de repente, en cuanto sus dedos tocaron las teclas de la Olivetti, pareció que algo hizo click en su cabeza: todas aquellas historias que tenía dentro de sí, que la mantuvieron cautiva de su imaginación las mañanas de escuela o las tardes de deberes, salieron como una maravillosa explosión y llenaron folios y folios… folios que crearon libros, libros que a su vez, hicieron de Inés Maldonado la escritora más famosa de su era.

Ahora Inés, sentada en su portátil, cerraba el documento sobre el que había estado trabajando estos últimos años. “No todos los que vagan están perdidos” – así se llamaría su autobiografía, pensó.


Lo que escribo (XIII): No todos los que vagan están perdidos. 03

Espero que te haya gustado mi historia. Puedes ver otras aportaciones en la entrada del Mag, a la que agradezco la iniciativa.

Gracias por seguir en este viaje. 

 Por muchos momentos bonitos


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