Lo que falta es infraestructura vial

El Mundo al revés. 
Por Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso). 
LO QUE FALTA ES INFRAESTRUCTURA VIAL. 

No por gusto, tres cuartas partes de la ciudadanía limeña rechaza el trabajo –si se puede calificar como tal– de la fantasmagórica alcaldesa Susana Villarán. En rigor, Villarán no trabaja para los limeños sino por satisfacer sus intereses políticos. A ello se debe que la Municipalidad Metropolitana sea ahora un hervidero de rojos inútiles para todo, menos para hacer incesante proselitismo izquierdista con el dinero de los contribuyentes.

Todo es condecoración –a la zurda, por supuesto– y retórica vacía. Pero nada de obra pública. La última demostración de esta infeliz combinación es que el concejo capitalino condecoró a los comisionados de la “verdad”, esa pandilla de fatuos sesgados que victimizó a los terroristas y condenó a las fuerzas del orden. Mientras tanto, la ciudad se calcutiza hora a hora. Regresan los ambulantes, la delincuencia es insoportable y el tránsito infernal. Solo basta contemplar estos tres karmas para catalogar de sencillamente catastrófica la labor villlaranesca.

Pero la alcaldesa tiene cincelado el sello neo-socialista de la palabrería hueca, de la sonrisita irónica y la ineptitud enfermiza. Una trilogía que engatusa a ese 25% de la población citadina, compuesta por una rojería que se solaza con cualquier necedad. Parte de esta desgracia es el mensaje francamente superficial de la burgomaestre, quien repite a toda hora: “Estamos reorganizando el transporte”. Pero, por favor, ¿cómo pretende engañarnos de esta manera Villarán? ¿Acaso alucina que solucionará un tránsito caótico, como el limeño, tan solo “reorganizándolo”? ¿Cree que la gente es tonta? Porque, señora alcaldesa, si no se ha dado cuenta lo único que falta en Lima son pistas. No “reorganizar” a los transportistas. En la última década esta ciudad se ha llenado de vehículos. Hay muchísimos más de lo que soportan nuestras avenidas, jirones y calles. Es la realidad. Pero la inutilidad de la alcaldesa no le permite entenderla. Prefiere seguir con el cuento de “reorganizar” el tránsito.

Claro, es más fácil hacer demagogia que idear proyectos y construir obra pública, como aquella que requiere Lima. Empezando porque la izquierda no es constructora sino destructora. En consecuencia, para Villarán y compañía diseñar, financiar y ejecutar proyectos de gran envergadura –pistas de varios niveles, túneles, puentes, etc.– es como pedirle peras al olmo. Incluso la alcaldesa paralizó innumerables obras que dejó en marcha la administración Castañeda. Por ejemplo, los túneles entre San Juan de Lurigancho y el Rímac o la Línea Amarilla, aparte de múltiples ampliaciones de carriles en diversas arterias viales. Lo que sucede es que Villarán y su séquito son una partida de improvisados. Es gente que no está preparada para trabajar como demanda esta ciudad para superar su horroroso sistema de transporte. Un caos que se solucionará solo cuando el municipio metropolitano retome la transformación de nuestro diseño citadino, reemplazándolo por modernas infraestructuras viales. Como ha acontecido en todas las urbes mundiales de la magnitud de la nuestra. Una macro ciudad horizontalizada habitada por cerca de 10 millones de almas.

FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/lo-que-falta-es-infraestructura-vial