Lo que hice con mi primer hijo pero no con los demás

Siempre quise tener varios hijos y mi idea era criarlos a todos por igual. Estaba obsesionada en hacer lo mismo con cada uno de ellos, pero no fue posible.

Si con el primero de mis hijos pasé horas jugando, mis expectativas eran poder hacer lo mismo con el segundo, el tercero y la cuarta. La teoría, lo que se piensa hacer cuando no se tiene hijos, es muy distinto de lo que se puede hacer luego en el día a día. A veces se termina realizando, quizás sin notarlo, todo lo que se aseguraba que no se iba a hacer.

Compartir las ecografías y controles médicos en pareja

Con el primero compartí con mi marido todas y cada una de las visitas al obstetra, controles, ecografías, todo lo que se pueda imaginar. Pasamos horas en las salas de consulta esperando nuestro turno de cinco minutos y cada ecografía la vimos tomados de la mano.
Con el segundo el porcentaje bajó al 70%, con el tercero al 50% y con la última creo que puedo contarlas con los dedos de una sola mano.

Leer cómo es el desarrollo semanal de un bebé

Con el primero me di de alta en dos sitios seleccionadísimos de maternidad, uno en español y otro en inglés, para comparar entre ellos y después ver, analizar y discutir si mi hijo era superdotado como creía o si entraba en lo que se supone que pasa con un bebé a esa edad.
Con el segundo también me di de alta pero la lectura era mucho más esporádica, con el tercero iba directo a SPAM y con la cuarta… bueno, con la cuarta ni me di de alta.

Estimular al niño según recomendaciones de libros y revistas

Con el primero me compré los libros sobre ejercicios de estimulación, esos que vienen por edades, y los seguía paso a paso: cada día teníamos un set de ejercicios para realizar.
Con el segundo hacía lo que podía, los trataba de estimular juntos, el tercero se estimulaba con los dos primeros y la cuarta ya está híper estimulada con la actividad de los hermanos (y por ser mujer, creo yo).

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