Todo empezó con un anuncio. En mayo de 2021, China prohibía las transacciones con criptomonedas. Era un paso más en la larga cruzada de Pekín contra la industria cripto. Sin embargo, fue el que más se dejó sentir en la región y más allá. Hasta 2021, China concentraba el 75% de la criptominería mundial, seguida muy de lejos por Estados Unidos. Con este golpe legislativo, China se retiró de la ecuación y Washington asumió el liderazgo. Las granjas de minado chinas, por su parte, cruzaron la frontera a la vecina Kazajistán, que se convirtió de un día para otro en la segunda criptopotencia mundial. Según pronósticos optimistas, en los próximos cinco años el país podría recibir hasta mil millones y medio de dólares estadounidenses gracias a este sector.
Pero Kazajistán no estaba preparado y pronto ha sentido graves carencias en el sector energético. La criptominería aumentó drásticamente el consumo de electricidad, llevando las centrales eléctricas al límite y causando cortes de luz. Pocos meses después de haber llegado, algunas empresas mineras ya anunciaban que dejaban el país. Sin embargo, el golpe definitivo ha llegado en 2022, y también está relacionado con la energía.
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Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaLo que la crisis de Kazajistán enseña sobre la debilidad de las criptomonedas fue publicado en El Orden Mundial - EOM.