El estado ha desaparecido, lo que existe es una elefantiásica administración pública que atenta, malgastando y robando los interés del personal todo. El antiguo estado bismarckiano que anteponía a todo su existencia, pues esta era la garantía del bienestar de sus habitantes, ha desaparecido por virtud de unos políticos comprados por el capital. El Estado ya no es Estado,no manda, ni decide ni emite moneda, se limita a aporrear a los que se oponen a los planes de una caterva atenta solo al cobro de sus comisiones, esto es tan pristino y evidente que incluso los habitantes de Hispanistán se están dando cuenta.