Los conocedores sabrán que el título de este post no es original mío. De hecho es el eslogan de un libro muy conocido que compré hace varios años. Ese libro es: Padre Rico, Padre Pobre.
Recuerdo que asistí a una convención de emprendedores y cuando salí del salón tenían una mesa con varios libros en venta. Yo estaba en búsqueda de opciones para mejorar mi situación financiera así que mis ojos escanearon la mesa y sin pensarlo demasiado se fijaron en ese libro, pero no por su título sino por su eslógan que completo decía "l o que los ricos enseñan a sus hijos acerca del dinero ¡¡y la clase media no!!".
Esa sola idea me conquistó instantáneamente. Sacudió mi mente y pensé "¿Hay algo entonces que los ricos enseñan a sus hijos acerca del dinero que yo desconozco? ¿Qué es eso que les enseñan? ¡ Necesito saberlo!
Compré el libro en el instante sin si quiera reparar en el precio. Creo que fue ese momento cuando algo muy fuerte despertó dentro de mi. Sin haber siquiera leído una línea, algo me decía que había principios financieros que yo desconocía y que harían la diferencia entre mi realidad y mi destino.
Esa noche llegué a casa y comencé a leer con tanta hambre como nunca había leído un libro. Me tomo aproximadamente 6 días completarlo pues por trabajo solo podía dedicarme a leer por las noches.
Cada página me revelaba secretos y principios financieros que hacían volar mi mente. Me vi de pronto descubriendo conceptos que en años de educación escolar jamás me habían enseñado. Descubrí que mi educación en casa había sido tradicional y casi nula en cuanto a principios de manejo efectivo del dinero y no digamos generación de riqueza.
Comencé a descubir entonces que yo era un analfabeto financiero. Tendría talvez unos 28 años en aquel momento y en ese punto de mi vida a pesar de haber logrado algunas victorias corporativas, en realidad mi chequera estaba al día, tenía un hijo, una bella esposa, deudas y muchas metas por lograr.
Metas que por cierto se veían lejanas al ritmo de crecimiento salarial que podía visualizar a futuro.
En el fondo yo quería ser libre financieramente, pero no sabía cómo. Por eso estaba asistiendo a eventos, conociendo gente, buscando incansablemente algo que me ayudara. No sabía cuál era el camino pero en el fondo sabía que había otro camino.
El libro de Robert Kiyosaki fue un parte aguas en mi vida. Por supuesto que no me solucionó mis finanzas en automático ni mucho menos, eso jamás ocurre salvo en las películas de Hollywood.
Pero lo que si hizo ese maravilloso escrito fue abrir mi mente a un mundo de posibilidades y sobre todo, grabó en mi mente y en mi corazón un mensaje contundente: cualquiera que se lo proponga, se eduque y aprenda a invertir, puede llegar no solo a ser libre financieramente, también puede llegar a ser rico.
Cualquiera que se lo proponga, se eduque y aprenda a invertir, puede llegar no solo a ser libre financieramente, también puede llegar a ser rico.
Recuerdo que terminé el libro y lo leí una segunda vez. Pero esta última subrayando cada concepto y cada idea que generaba electricidad en mi mente. Lo más impactante es que el libro lejos de ser un manual sobre finanzas o negocios, era una guía para aprender con profundidad los principios para manejar el dinero y hacer que éste trabaje para ti, en lugar de solamente trabajar por dinero.
El libro era una escuela maravillosa y con dedicación comencé a explorar las enseñansas y en cada paso procuraba entender y asimilar los principios.
Más adelante compré otros libros del mismo autor: El Juego del Dinero, El Cuadrante de Flujo del Dinero, Retirate Rico Retirate Joven, Hijo Rico Hijo Inteligente y otros.
Cada uno era una aventura emocionante de aprendizaje y con el tiempo comencé a poner en práctica algunos de los conocimientos aprendidos. Nada fácil por cierto porque descubrí en el camino que en realidad la mayoría de principios tienen que ver con hábitos y los hábitos con formas de pensamiento que hemos adquirido a lo largo de años en nuestra infancia y juventud.
Nuestra forma de ver el dinero viene del entorno familiar, de la escuela y de toda la información que consumimos. Y los resultados que conseguimos por tanto, van en la línea de cómo inconscientemente manejamos nuestras finanzas y nuestra relación con el dinero.
Con el tiempo comencé a pensar en negocios digitales y justamente de allí nacio este blog que me ha dado tantas satisfacciones, luego cree otros negocios digitales que me generan ingresos hoy en día y también comencé a involucrarme en bienes raíces y ahora estoy finalmente despúes de muchos años, incursionando como inversionista.
El camino no ha sido fácil, el aprendizaje ha sido árduo y hacer que la rueda gire en sentido contrario ha sido muy compicado por momentos. Cambiar de una mentalidad de pobreza a una de riqueza es un verdadero reto. Pero la experiencia es emocionante y puedo decir sin lugar a equivocarme que ha valido la pena.
Es por ello que en este post no he hablado de ideas, ni de emprendimientos, ni de negocios en específico. Quería compartir contigo un poco de mi experiencia personal porque la riqueza solo se consigue logrando que el dinero sea el que trabaje para nosotros.
La buena noticia es que hoy en día, plena era digital y de la IA, hay miles de recursos más accesibles y poderosos a tu disposición.
En cuanto a mí, sigo aprendiendo, sigo escuchando podcasts, asistiendo a eventos, viendo vídeos, leyendo libros y haciendo inversiones aquí y allá. Algunas pequeñas, otras más grandes. Algunas de bajo riesgo y otras no tanto. Y como dice el mismo Robert: A veces se gana y a veces, se aprende.
Deseo que este post, te sirva de inspiración para encontrar tu propio camino hacia la riqueza. Y sí, lo digo sin reservas, y sin dudarlo: R I Q U E Z A.
Porque entiendo que es lo único que puede trasnformar nuestras vidas y las de nuestro entorno. Así que si tu también eres parte de esta tribu de ricos en construcción que desean ser prósperos y libres financieramente, bienvenido.