Hola de nuevo a todos los seguidores de este blog, es para mi muy grato retomar las publicaciones en este sitio (que muy pronto comenzará con nuevos cambios).
Como luego se darán cuenta, el título de esta entrada no tendrá mucha relación con el cuerpo del texto, pero si estas aquí, leyendo, seguramente se cumplió el primer objetivo.
Quiero aprovechar estos minutos libres para platicarles algo que me ha dado vuelta en la mente en los últimos días... ¿Porqué una vez que alguien se vuelve seguidor de una determinada corriente espiritual, tiende a creer que la senda en la que se encuentra, es absolutamente verdadera?
Muchos podrán decir que no pertenecen a esa clase de personas, pero sin darse cuenta, caen en este error. Sobre todo al momento de entrar en debate. Esto último me intriga sobre todo después de leer en un grupo de magia y brujería (wicca, se sobreentiende, aunque no lo especifican salvo por los que participan en él) una discusión en la que un miembro publicó un video sobre lo que comúnmente conocemos como "Magia Negra" y casi de inmediato aparecieron comentarios como "¿Aún hay gente que cree en esta aberración llamada magia negra?". En primer lugar, considero que como humanos todos merecemos respeto, y aún más en cuanto a la espiritualidad se refiere, porque, ¿como nosotros, perteneciendo a una religión emergente, podemos exigir nuestros derechos si nos comportamos de manera tan similar a las religiones establecidas y que en algunos casos, tanto daño han causado?
Es importante no quedarnos es una práctica espiritual rígida, ni en lo aparente, ni en lo técnico; yo apelo mucho más a lo intuitivo, a la verdadera comunión con nuestros Dioses, con la Gran Madre, para poder cambiar nuestra realidad de la manera que deseamos.
¿De que nos sirve ser poseedores de conocimientos velados, si los aplicamos tan erradamente, aún cuando se navega con bandera de libertad y casi casi de "amor y paz"?
Dejo a ustedes la reflexión, la primera parte de lo mucho que tengo en la mente...
P.D. Nada es personal, todo es simple observación.