Amamantar es, sin duda, una aventura digna de vivir. Cada vez que recuerdo toda mi experiencia con esto de la lactancia no puedo más que sonreír. Claro que tuve momentos súper intensos (al principio, por ejemplo), pero nada de eso se compara con todo lo bonito que vino después.
Observando una foto que encontré en el archivo, pensé en todo lo que vivimos juntitos gracias a la lactancia.
Una de las cosas que más disfruté fueron las tomas nocturnas. Mi chico despertaba cada 3 horas a tomar su leche y yo era tan feliz al ver cómo vibraba su cuerpo cuando se sentía cerca del mío. Luego tener sus manitas acariciando mi piel mientras se alimentaba. Lo mejor era ver su carita de satisfacción cuando terminaba "embriagado de leche". Awww!
También me encantó esa necesidad de tenernos uno al otro. Yo le hacía falta a él y él me hacía falta a mí. No había puntos medios. Fueron meses de total y pura cercanía.
Cada vez que alguien me pregunta qué disfrutaste más de la lactancia, solo puedo pensar en tres cosas:
Le di lo mejor
La conexión
El tiempo que pasamos juntos
Y tú, ¿qué es lo más que amas de amamantar?