El otro día en casa de mi madre vi que tenía unos posavasos bien bonitos, y no eran obra mía. (Yo ya le había regalado unos bien molones, parecidos a éstos.)
No me digáis que no son bien bonitos:
Al preguntarle de donde los había sacado, me comentó que los compró en nuestro último viaje a San Francisco, en concreto en ésta tienda. Y después me quedé pensando: ¿Pero cómo narices no los vi? Ibamos juntas y además yo la acompañe a la caja a pagar...mmmm Pues muy sencillo y es que muchas veces tenemos la cabeza ocupada con auténticas tonterías y nos perdemos las cosas bonitas y buenas que pasan por nuestras narices o por nuestras vidas. En éste caso sólo eran unos posavasos, pero quién sabe las cosas buenas que nos perdemos muchas veces por tener en el coco tantos pajaritos enfadados. Sólo hace falta recordar ésta graciosa expresión : "Ojos que no ven, tío bueno que te pierdes"… Pues así con todo. Así que hoy, no os petardeo con miles de fotos de cosas que me gustan o tiendas adorables, sólo os dejo éste pequeño consejo: Abrid bien vuestros ojos y disfrutad de las cosas buenas ¿ok? |