¿Qué más da si Monedero paga el IVA, hace juegos fiscales para pagar menos a Hacienda o falsifica su currículum? ¿Qué más da si Errejón cobra una beca a dedo a cambio de no hacer nada? ¿Qué más da si Pablo Iglesias pagaba en negro a sus empleados? ¿Qué más da si se parecen a la casta a la que denuncian? Ninguno de esos supuestos (ninguna de esas realidades) es ni mínimamente comparable en gravedad a que gobiernos extranjeros quieran imponer gobiernos por el Viejo Continente. Está bien que acorralemos a los políticos para que caigan en contradicciones, para que se vea lo que hay detrás del telón, pero una vez que lo hayamos hecho, no nos quedemos en la superficie. Porque de política podemos discutir lo que haga falta, pero difícilmente alguien decente podrá defender que gobiernos extranjeros dudosamente democráticos quieran imponernos un partido político que dice querer devolver la soberanía a los ciudadanos.
Juan Manuel del Álamo en su blog, Reinformación.