Lo que nos pasa

¿Que nos ocurre? ¿Que nos pasa? ¿Todo va bien? ¿No pasa nada? ¿Sigo con más preguntas? ¿No sigo?
Después de escuchar la apisonadora del discurso de Rajoy en el dichoso debate de la nación, nos hemos quedado noqueados como un boxeador de esos que hacían época con unos cuantos puñetazos bien dirigidos.
Hoy no hace falta que nos golpeen en toda la cara. Hoy nos golpean en todos los sectores de nuestras vidas, a veces deambulando como autómatas por las calles; veo que en general que estamos fatal, nos hemos quedado apoltronados con la boca abierta por culpa de nuestros asombros.
Asuntos diarios como el paro, que por mucho que se empeñe el Ejecutivo, no disminuye, es más si acaso disminuye, pero para ser más precario, todavía más, y encima la juventud (una gran mayoría) no sabe lo que es tener un trabajo.
Un desperdicio de fuerza, entusiasmo y ganas de hacer las cosas. Pero se marchan, los que pueden irse, se van a otros países, con la ilusión de que les tomen en serio.
¿Que nos ocurre?
Las fuerzas sindicales no tienen precisamente ninguna fuerza, no están, no se les siente, no hacen más que escaquearse de lo que les ha tocado vivir, pero que ni por esas, siguen con sus actitudes de siempre, con sus frases construidas y poco más.
¿Todo va bien?
Va estupendamente, por ejemplo a la mujer le vuelven a poner en un brete muy difícil con esa ley del aborto que, como mínimo es denigrante y les quieren situar en otras épocas ya sufridas. Todo va bien.
¿No pasa nada?
No, no pasa nada, sólo que siguen las mentiras, puras y duras, públicamente lanzadas sin ningún recato, sin siquiera pestañear (alguna vez a Rajoy se le escapa algún tic que le delata), en fin no pasa nada.
¿Sigo con mis preguntas?
Seguramente tenéis vosotros muchas más no lo niego, pero es que estoy catatónico con esta realidad en nuestra sociedad que ya no me deja más preguntar y pienso que puede ser por el freno que me supone la futura ley de seguridad ciudadana.
¿Seguridad?
No, no sigo, pues esto es algo de lo que nos pasa.