Revista Infancia

Lo que peor llevo con respecto al inicio del cole.

Por Anaperezllinares
Con respecto al inicio del cole, son muchas las cosas que me preocupan (el sistema educativo no me convence, no me gusta que tengan que pasar tantas horas allí, etc), pero lo peor llevo es que, para ser capaz de matricular a David tengo que pasar por encima de mis principios y caer en muchas incoherencias. Me explico:
Quienes me leeis sabreis que jamás he dejado llorar a David.  Obviamente, me he encontrado con situaciones en las que no lo he podido evitar, pero siempre que ha estado en mi mano consolarlo, lo he hecho. De hecho, creo que este es uno de los pilares básicos en los que se sustenta mi manera de entender la crianza.
Muchos me dicen que no pasa nada por que mi hijo, o cualquier niño llore y, aunque es una opción que respeto, jamás la he compartido. Bajo mi punto de vista, si que pasa algo por ignorar las emociones y los sentimientos de nuestros hijos y siempre he evitado hacerlo, cosa que me ha resultado muy sencilla, porque calmar a mi hijo cuando llora es lo que me pide el cuerpo.
El cole me enfrenta a este planteamiento y me exige tomar una actitud que no considero correcta. Se da por supuesto que yo tengo que dejarle allí y largarme, aunque el llore a moco tendido, porque solo así se acostumbrará. No hay alternativa...
Y aunque puedo entender que para muchas personas esto sea lo más normal del mundo, a mi me quita el sueño. No quiero ni imaginar (si llegado el momento David no se quiere quedar y llora) como se va a sentir cuando vea que yo, en lugar de protegerle, acompañarle y consolarle, doy media vuelta y me voy. No quiero ni pensar que puede pasar por su cabecita en ese momento ni como se puede sentir. Y me preocupa mucho que sienta que le he fallado, o que se sienta en ese momento "abandonado" o solo. 
Por otro lado está el tema del pañal. 
Siempre he pensado que el control de los esfinteres es un proceso madurativo y que, por lo tanto, no requiere intervención alguna. Pero claro, si quiero que vaya al cole, para Septiembre tengo que haberle retirado el pañal...
No es que crea que va a suponer un problema, puesto que posiblemente este verano David lo acepte sin problemas. De lo que se trata es de que a mi personalmente me gustaría hacer las cosas de otra manera y esperar a que fuera el quien lo pidiera cuando se sintiera preparado.
Son muchos más los temas que me preocupan, pero os cito estos para tratar de explicar porque me está costando tanto tomar esta decisión. Para mí , optar por el colegio está suponiendo ir en contra de mi misma, de lo que creo y de lo que siempre he defendido. 
Siento que el hecho de empezar el cole me impone demasiadas cosas, que me marca mucho los pasos a seguir con David y me exige tomar ciertas actitudes que no comparto en absoluto. Y esto hace que sienta que no hay coherencia entre mis pensamientos y mis actos y que no estoy sabiendo defender lo que considero mejor para mi hijo.
Posiblemente mi peque se adaptará bien y todo será un poco menos terrible de lo que hoy por hoy me parece, pero siempre habrá algo en lo que ya no habrá vuelta atrás y es que habré renunciado a mis principios y a lo que considero correcto por conseguir una plaza en el colegio. 
Está claro que es una buena causa, pero este tipo de renuncias personales, al menos a mi, me resultan muy duras y no me hacen sentir nada orgullosa.

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