En
1990, durante el rodaje de “Esperando a Mr. Bridge”, el actor norteamericano
Remak Ramsay le mostraba al californiano James Ivory, director de la película,
el libro que estaba leyendo, pensando que le interesaría tanto por su temática
como por su ambiente.
“¿Qué
habría pasado si Remak no hubiese estado leyendo el libro en aquel momento, o
si lo hubiera guardado sin habérmelo enseñado? Acertó al pensar que me
interesaría, y supe desde las primeras páginas que quería llevarlo al cine”
El
libro en cuestión era, por supuesto, “The remains of the day” (Los restos del
día), novela escrita en 1989 por el escritor británico Kazuo Ishiguro que fue
galardonada con el también británico Premio Booker.
“Las
vidas del mayordomo Stevens, su anciano padre y Miss Kenton se leían con
agrado, y pensé que también serían agradables de ver. Por desgracia resultó que
‘Lo que queda del día’ ya había sido adquirida por Columbia Pictures para que
la dirigiera Mike Nichols. Así que pensé que la historia había terminado...
Pasó
el tiempo y yo rodé ‘Regreso a Howards End’. Después oí que Mike Nichols había
decidido de repente no hacer ‘Lo que queda del día’. A través de mi agente en
Hollywood hice saber a Columbia que Ismail Merchant y yo estábamos interesados
en ella. Quizá debido al éxito de ‘Regreso a Howards End’, que acababa de
estrenarse, Columbia y Mike Nichols decidieron confiarnos su película”
“Querido
Sr. Stevens… Le sorprenderá tener noticias mías después de tanto tiempo. Le he
tenido en mi pensamiento desde que oí que Lord Darlington había muerto. Leimos
que sus herederos pusieron Darlington Hall a la venta porque ya no desean
conservarla…”
“Lo
que queda del día” era finalmente dirigida, y de manera magistral, por James
Ivory, exquisito director que se había estrenado tras las cámaras en 1963 con
“The householder”, título al que siguieron otros como “Savages”, “Los
europeos”, “Oriente y Occidente”, “Las bostonianas”, “Una habitación con
vistas”, “Maurice”, “Esperando a Mr. Bridge”, “Regreso a Howards End”… Una más que
elegante filmografía la de Ivory.
La
guionista alemana Ruth Prawer Jhabvala, quien había firmado ya anteriores guiones dirigidos por Ivory, nos regalaba una extraordinaria adaptación cinematográfica
de la novela de Ishiguro.
“…Además
estaba la ambientación: no tanto la ambientación física de una gran mansión
inglesa, con sus lujosas habitaciones y sus enormes jardines (y un laberinto de
austeros cuartos donde los criados pasaban su vida ‘de servicio’), sino el
trasfondo político de la Inglaterra de entreguerras y los intentos velados y
casi desastrosos de ciertos miembros del ‘establishment’ británico para
conseguir una vergonzosa alianza con los nazis...”
El británico Tony Pierce-Roberts nos deleitaba con
las hipnóticas, elegantes, majestuosas imágenes de la película. Procedente del
mundo televisivo, Tony había debutado a toda pantalla en 1982 con “Trabajo
clandestino”, título al que siguieron después otros como “Una habitación con
vistas”, “Esperando a Mr. Bridge” y “Regreso a Howards End”, los tres bajo las
órdenes de James Ivory, así como
“Colmillo Blanco” y “La mitad oscura”. Tras “Lo que queda del día”, Tony volvería
a trabajar con Ivory en “Sobrevivir a Picasso” y “La copa dorada”.
La exquisita dirección artística de “Lo que queda del
día” corría a cargo de John Ralph, quien ya había colaborado con Ivory anteriormente
en “Regreso a Howards End”. Y el muy adecuado montaje venía firmado por Andrew
Marcus, que también había trabajado ya con Ivory en “Esperando a Mr. Bridge” y
“Regreso a Howards End” y, después de “Lo que queda del día”, volvería a
hacerlo en “Jefferson en Paris” y “Sobrevivir a Picasso”.
Y la envolvente banda sonora nos era ofrecida por el
también exquisito compositor norteamericano Richard Robbins, quien hizo su debut
en el cine en 1979 con “Los europeos” y a las órdenes de James Ivory, con el que
también trabajó posteriormente en otros títulos como “Oriente y Occidente”,
“Las bostonianas”, “Una habitación con vistas”, “Maurice”, “Esperando a Mr.
Bridge” o “Regreso a Howards End” antes de “Lo que queda del día” y, después,
en “Jefferson en París”, “Sobrevivir a Picasso”, “La copa dorada” y “La condesa
rusa”.
“Nichols
se había entrevistado ya con varios actores británicos que conocían el proyecto
de ‘Lo que queda del día’ y querían participar en él. El primero de ellos fue
Anthony Hopkins, que después de leer el libro pidió a su agente que le pusiera
en contacto con Nichols”
Extraordinario actor galés que debutaba en el cine en
1968 con “El león en invierno”, Anthony Hopkins había sido visto también ya a
toda pantalla en otros títulos como “El
joven Winston”, “Casa de muñecas”, “Las dos vidas de Audrey Rose”, “Un puente
lejano”, “Magic”, “El hombre elefante”, “Motín a bordo”, “La carta final”,
“Adorable seductor”, “El silencio de los corderos”, “Regreso a Howards End”
(dirigido por Ivory), “Drácula de Bram Stoker” o “Chaplin”.
Hopkins nos seguiría maravillando tras “Lo que queda
del día” con otros títulos como “Tierras de penumbra”, “Leyendas de pasión”,
“Sobrevivir a Picasso” (de nuevo bajo las órdenes de James Ivory), “¿Conoces a
Joe Black?”, “Corazones en Atlántida”, “La mancha humana”, “La verda oculta”…
Qué
decir a estas alturas de este sensacional, camaleónico, magnético actor… yo me
quedo sin palabras. Que sí, Anthony, que sí…
“No sé si se comprende lo que hace falta para ser un
gran mayordomo… Dignidad, exacto, dignidad…”
Hopkins nos atrapaba en ”Lo que queda del día” con su
exquisita composición del Sr. Stevens, el más que correcto mayordomo de
Darlington Hall. Sencillamente magistral en su actuación, mi interpretación
favorita de su filmografía, mi personaje favorito de su inigualable galería… Grande,
grandioso Anthony Hopkins.
“Fue
una suerte que la novela tuviera tanto éxito y que la leyeran tantas de las
personas adecuadas. Otra de esas personas fue Emma Thompson, y tanto ella como
su marido Kenneth Branagh hicieron pruebas para Miss Kenton y Stevens ante
Nichols y su socio John Calley. Cuando nos incorporamos al proyecto, todos esos
nombres, junto al de Jeremy Irons, formaban parte de nuestras primeras
conversaciones. Todo el mundo estaba de acuerdo en contratar sólo a actores
británicos”
Tras aparecer en un buen número de series
televisivas, Emma Thompson debutaba a toda pantalla en 1989 con “Un tipo de
altura”, título al que siguieron otros como “Enrique V”, “Regreso a Howards
End” (dirigida por James Ivory), “Los amigos de Peter” o “Mucho ruido y pocas
nueces” antes de “Lo que queda del día”.
“Recuerdo
muy bien su llegada a Darlington Hall. Vino de una forma inesperada,
podría
decirse que impulsiva…”
Emma
nos brindaba también una magnífica creación de Miss Kenton, la peculiar ama de
llaves de esta historia.
“Aunque el personaje protagonista, Stevens, no
es un hombre especialmente interesante (más bien todo lo contrario), su
relación con su señor, Lord Darlington, y con el ama de llaves, Miss Kenton, sí
lo era: formaban un complejo triángulo psicológico y dramático que me enganchó
desde el principio”
James
Fox daba muy correctamente vida a Lord Darlington, dueño y señor de la
majestuosa Darlington Hall.
Fox
debutó a los once años a toda pantalla en “La historia de los Miniver” (1950),
interviniendo después en otros dos títulos cinematográficos más antes de
iniciar su carrera como actor de series en la pequeña pantalla. Más adelante
aparecía, de nuevo en el cine, en “La soledad del corredor sin fondo”,
consiguiendo al año siguiente una gran popularidad gracias a su espléndida
interpretación de Tony en “El sirviente” (difícil lo tenía ante un insuperable
Dirk Bogarde).
Después
llegarían para James otros títulos cinematográficos como “Aquellos chalados en
sus locos cacharros”, “La jauría humana”, “Millie, una chica moderna”,
“Isadora”, “Greystoke”, “Pasaje a la India”, “Principiantes”, “La sombra del
delator”, “La casa Rusia” o “Juego de patriotas”. Tras “Lo que queda del día”,
Fox se ponía de nuevo a las órdenes de James Ivory en “La copa dorada”.
JACK
LEWIS: “¿Cuándo vio el mundo por última vez, Stevens?”
STEVENS:
“¿Señor? Bueno, en el pasado el mundo venía a esta casa, por así decirlo, si me
permite la expresión, señor…”
Jack
Lewis, el segundo señor de Darlington Hall, nos llegaba a través de Christopher
Reeve, neoyorkino actor que debutaba en el cine en “Alerta roja: Neptuno
hundido” y en 1978, mismo año en el que conseguía fama mundial con su personaje
de Superman / Clark Kent en “Superman”…
…
título ya mítico de la historia del cine al que siguieron otros en la
filmografía del actor como “Superman II”, “La trampa de la muerte”, “Monseñor”,
“Superman III”, “Las bostonianas” (bajo la dirección de Ivory), “El reportero
de la calle 42”, “Superman IV”, “Interferencias” o “¡Qué ruina de función!”
antes de su correcta intervención en “Lo que queda del día”.
El
británico Peter Vaughan nos regalaba una
extraordinaria composición del Sr. Stevens, padre.
Vaughan
debutaba en el cine en 1959, apareciendo después en la pequeña pantalla en
infinidad de series y telefilmes y también en otros títulos cinematográficos
como “El pueblo de los malditos”, “Perros de paja”, “El hombre de Mackintosh”,
“Amanecer Zulú”, “Los héroes del tiempo”, “La mujer del teniente francés”,
“Brazil”, “Las montañas de la luna”…
Tras
“Lo que queda del día”, vimos también a Peter como “Pops” en “La leyenda del
pianista en el océano”, como Tío Alfie en “Un funeral de muerte” y como Maestre
Aemon en la serie televisiva “Juego de tronos”.
Reginald
Cardinal, ahijado de Lord Darlington, venía interpretado por un adecuado Hugh
Grant.
Hugh había debutado a toda pantalla en 1982 y, tras aparecer en diversas series
televisivas, había sido ya también visto en títulos cinematográficos como
“Pasiones en Kenia”, “Maurice” (dirigido por Ivory), “Remando al viento”,
“Lunas de hiel” o “Sirenas”.
Charlie,
el lacayo principal, nos llegaba de la mano de Ben Chaplin, actor londinense que
debutó con este título en el cine. Tras “Lo que queda del día”, le vimos
también en otras películas como “La verdad sobre perros y gatos”, “Washington
Square”, “La delgada línea roja” o “El retrato de Dorian Gray”.
Tim Pigott-Smith daba vida a Thomas Benn. Procedente del mundo televisivo, Tim había debutado a
toda pantalla en 1976 en “Ases del cielo”, título al que siguieron otros como
“Furia de titanes” o “Evasión o victoria” antes de su también correcta
intervención en “Lo que queda del día”.
Y
también aparecía en este film Abigail Hopkins, la mismísima hija de Anthony,
que aquí interpretaba a una de las criadas. A la tierna edad de siete años, Abigail comenzaba a tocar la guitarra
clásica convirtiéndose, más adelante, en cantautora,
actriz y directora de teatro. Ese mismo año de 1993, Abigail compartía también
cartel con su padre en “Tierras de penumbra”.
Completaban el exquisito
reparto Patrick Godfrey, Peter Cellier, Peter Halliday, Paula Jacobs, Caroline
Hunt, John Haycraft, Steve Dibben, Michael Londsdale, Brigitte Kahn, Peter Eyre…
Y,
por supuesto, Darlington Hall, un majestuoso, elegante e importantísimo
personaje en esta historia.
“Luciana
Arrighi, diseñadora de producción de ‘Regreso a Howards End’, emprendió la
ardua tarea de encontrar la casa adecuada. No es que no haya cientos de
mansiones inglesas con habitaciones espectaculares en las plantas nobles: lo
difícil era encontrar una que tuviera intactas las habitaciones del servicio,
las dependencias del mayordomo y el ama de llaves en las plantas bajas”
“Espléndida
interpretación de Anthony Hopkins… Exquisita dirección…
Lujoso y emotivo drama
costumbrista”
(Fernando
Morales, El País)
Producción
de John Calley, Ismail Merchant y Mike Nichols para Columbia Pictures, “Lo que queda del día” (The
remains of the day) era estrenada en Canadá y USA el 5 de noviembre de 1993, hace
hoy ya 20 años.
Entre
otros muchos premios y nominaciones, fue candidata al Oscar a mejor película,
director, actor (Anthony Hopkins), actriz (Emma Thompson), guión adaptado,
dirección artística, diseño de vestuario y banda sonora.
También
fue candidata a los Globos de Oro en las categorías de mejor película,
director, actor (Anthony Hopkins), actriz (Emma Thompson) y guión. Asimismo,
fue nominada en los británicos Premios Bafta a mejor película, actor (Anthony
Hopkins), actriz (Emma Thompson), guión adaptado y fotografía. Y candidata a mejor
film europeo en los Premios Goya.
Y Anthony Hopkins obtuvo el David di Donatello al mejor actor extranjero por su
extraordinaria interpretación.
“Ninguno
de nosotros sabía nada acerca del trabajo de un mayordomo, incluyendo a
Ishiguro, que le contó a Ruth Prawer Jhabvala cuando se conocieron que lo había
mirado en un libro, o simplemente se lo había inventado: el plan del servicio,
la preocupación de Stevens por la ‘dignidad’ y por servir a un señor íntegro y
con servicios, los detalles de llevar una casa de esas características, etc.
Anthony Hopkins se sentía especialmente perdido, así que decidimos contratar a
un mayordomo de verdad durante el rodaje, y apareció un candidato inmejorable:
Cyril Dykman, camarero del Palacio de Buckingham con quince años de servicio a
sus espaldas…
… Además
de instruir al ‘personal’ de Darlington Hall (lo que supuso hacer que los
lacayos se mantuvieran bien erguidos cuando los enfocaba la cámara, que
caminaran con porte militar, etc), aportó algunas de las imágenes más
ingeniosas de la película…
¿Quién
de nosotros habría podido imaginar la escena en la que Stevens mide con una regla la distancia
entre la copa y el plato? También fue idea de Dykman algo que tiene aún más
valor: los orígenes de Stevens en una familia obrera, que se manifiestan en el
acento y los modales del enfermo padre de Stevens, que muere durante el
banquete de reconciliación sin tener al lado a su hijo, muy ocupado con la
celebración de un banquete; un hijo que ha trabajado su acento y sus modales de
modo que estén a la altura del señor al que ha dedicado toda su vida”
“Según mi filosofía, señor Benn, un hombre no puede
considerarse satisfecho hasta que ha hecho cuanto puede para ser de utilidad a
su señor, por supuesto dando por hecho que tu patrón es una persona superior,
no sólo en clase o riqueza, sino en talla moral”
(Sr. Stevens en “Lo que queda del día”)