Por J.M. del Río (Colaborador de la Santamambisa)
Para conocer un poco de lo que se dice en Miami, del “otro lado del charco” como expresa el habla popular, invité a un amigo visitante venido precisamente de aquel lugar y degustando un plato de frutas tropicales (Piña, mango, guayaba, fruta bomba) y finalmente un buen café serrano (nada de alcohol, porque se trataba de una conversación seria), estuvimos platicando por más de dos horas sobre lo humano y lo divino o para ser más preciso el tema fue: lo que se comenta en Miami sobre los llamados “opositores internos” que viajan a los EE.UU. y por esa vía pudimos conocer una serie de criterios interesantes que me complace mucho compartir con los amigos que osan leer mis escritos y ojalá que algunos de los aludidos lea esto también, para que se actualicen sobre lo que se piensa de ellos en “la tierra de la libertad”.
Cuenta nuestro amigo que en Miami prima un criterio negativo sobre la mayoría de los llamados “opositores internos”, que se están convirtiendo en “adictos” a eso de los viajecitos con todos los gastos pagados. Eso genera descontentos y bajas expectativas sobre la posibilidad de “cambios en Cuba”, por parte de los “líderes del exilio”. En muchas ocasiones, refirió, los “líderes” en el exterior le dan la razón a la Seguridad del Estado cubano, sobre que estos personajes no son más que unos “vive bien” que se han integrado al negocio del “anticastrismo”, para tumbarle la plata al gobierno de los EE.UU.; pero por racionalidad política mantienen un discurso que se aleja de la realidad, con el fin de lograr encontrar o conseguir que surja un “líder” legitimo en la llamada “oposición interna”.
Algunos de los comentarios críticos que este amigo dice haber escuchado están los siguientes: “Si “Coco” Fariñas tuviese una pizca de vergüenza, regresaría más a Miami, pues es rechazado y lo tildan de ser un agente del G-2 cubano. Igualmente catalogan a la esposa como una “periodista cursi”. Se dice también que “Coco” Fariñas, a pesar de haber recibido tanto dinero, no atiende a su hija y que ni siquiera le celebró sus 15 años de edad, cosa que la muchacha quería.
No siempre tiene uno la oportunidad de adentrarse en estos “comentarios políticos” sobre los personajes que pretenden derrocar la Revolución y como se observa lo que se dedican más bien es a la pacotilla unos y los otros a cortarle levas a los que le hacen sombra. Cómo me parece que esto podría ser interesante, en próximos escritos ampliaré sobre el tema.
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