Revista Educación

Lo que se perdió…

Por Siempreenmedio @Siempreblog

En los años setenta (un año cualquier, lo mismo da) un niño estaba convaleciente. El niño leía y leía continuamente durante aquella enfermedad, todo lo que caía en sus manos era bueno, o no. Su padre se dio cuenta de aquella ansia de lectura y se propuso traer un libro nuevo cada vez que el niño acabara el anterior. Así controlaría lo que su hijo leía. Lo que no sabía ni imaginada el padre era la capacidad de lectura que el pibe había obtenido, y cada día pedía un libro nuevo. El papá dudaba y desconfiaba de que aquel muchacho leyera tanto en tan poco tiempo. Lo que se perdió…

Un día (lo mismo da si era martes o miércoles) el padre no encontró -no se sabe bien a qué librerías iba a buscar aquellos libros- ninguna novela infantil y trajo un cómic. Se llamaba Las siete bolas de cristal. El chico quedó enamorado. Lo leyó de un tirón aquella noche, disfrutó con la historia casi de novela negra, y repasó una a una todas las viñetas de aquel cómic que Hergé había dibujado y guionizado casi treinta años antes.

Al día siguiente el chico quería otra aventura de Tintín, pero el padre no se lo trajo, y al siguiente volvió a pedir otra, y otra y otra… y nunca más llegaron tintines a aquella casa.

Muchos años después, cuando aquel chico ya no lo era tanto la editorial Juventud reeditó los 23 cuadernos de las Aventuras de Tintín. El chico no dejó pasar la oportunidad, y los compró todos. Los leyó todos y se aprendió hasta el último modelo de coche o de barco, conocío a todos los personajes como si de su propia familia se tratara, que salían en aquellas historietas tan auténticas.

Este año Spielberg ha hecho una película sobre Tintín, y está por estrenarse. Los ortodoxos (los frikies vamos, los que tuvieron todos aquellos libros cuando quisieron y los leyeron con el orden establecido) dicen que sí esto o que si lo otro, que si no respeta… y más allá.

Aquel chico mira y escucha, pero desea con toda su alma que llegue la fecha del estreno, por si en la peli encuentra algo de aquello que se perdió en su infancia.


Volver a la Portada de Logo Paperblog