Revista Recetas

Lo que sientes no es hambre es…DESOLACIÓN

Por Facildedigerir @facildedigerir

Texto original escrito por Ana.  Sígueme en Twitter.

Lo que sientes no es hambre es…DESOLACIÓN

 

Este post pertenece a la serie “Lo que sientes no es hambre es…” ¿Ya leíste los demás?

Sábado por la tarde, sin plan, todos tus amigos tienen compromisos con sus parejas y entonces te entra la depre y un antojo desesperado por ______________ (llenar con el objeto de deseo predilecto: galletas, helado, pasteles, comida rápida, palomitas, pasta…).

A  la mañana siguiente, después de haber devorado, en vez de sentirte mejor, te sientes peor: con el abdomen inflamado, gastritis y con el sentimiento de culpa que no deja de repetir: “por eso no tengo pareja”.

Desde que nacemos, ser alimentados es una sensación que asociamos con bienestar y amor.  Para los bebés, el acto de ser amamantados conjuga nutrición para el cuerpo y para el alma, pues junto con el alimento, reciben abrazos y caricias de la mamá.

Esa asociación comida-amor, comida-bienestar, queda fuertemente enraizada en nuestra mente y es una de las razones por las que en la vida adulta, al sentir falta de afecto, de forma automática se busca llenarlo con comida.

Es importante aclarar que además de esta relación psicológica con los alimentos,  ahora se sabe que la composición de los mismos incide en el comportamiento bioquímico del organismo, en algunos casos generando sensaciones placenteras y/o adictivas, como en caso del azúcar.

Aunque suene duro decirlo:  tú sabes que ese antojo de viernes por la noche no es HAMBRE, es la sensación de un vacío emocional, de un deseo de compañía y afecto, que al no sentirse satisfecho, genera la ansiedad de ser llenado.

El problema profundo radica en que confundimos la soledad con desolación.  La desolación es un apego, es querer estar con alguien y no poder.  Y su origen está en nuestro propio vacío interior.

La soledad, por otro lado,  es nuestro estado natural.  Es abundancia de ti.  Es habitar plenamente la vida en uno mismo, sentirte completo, lleno de tu ser.  Sólo quien habita conscientemente su soledad , es capaz de amar porque aquel que no sabe estar consigo mismo, no puede estar con nadie más.

Para evitar comer por desolación:

  • Reconoce que lo que sientes es hambre emocional.
  • Enfócate en ti, no en los demás. Conócete y descubrirás a la persona más fascinante de tu vida.
  • Llénate de ti.  Disfruta de actividades contigo mismo y planéalas: cocina para ti, lee, escucha música, haz ejercicio, acude a cursos y clases de actividades que te enriquezcan.
  • Vive tu silencio.  Medita.  Una meditación que me encanta para resolver la desolación es:  “Nada ni nadie me pertenece.  Yo no le pertenezco a nada ni a nadie.  Simplemente SOY.” (se la aprendía  mi maestro Alfonso Ruiz Soto).
  • En vez de comer algo, toma agua natural o infusiones herbales, generalmente tienen el mismo efecto de “llenarnos” en algo y  no tienen repercusiones negativas en tu dieta.

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