Señores Farc: Con actos como el de ayer ustedes hacen más difícil que toda Colombia apoye el proceso de paz. Entendemos que se negocia en medio del conflicto y sin cesar los enfrentamientos, pero el desescalamiento de la beligerancia es fundamental para sembrar confianza en una sociedad que está cansada luego de más de 60 años de guerra.
Con todos los defectos que puede tener el proceso en La Habana, es la vez que hemos estado más cerca de un acuerdo que será uno de los insumos para conseguir la paz en los próximos años.
Señores Farc: Ustedes tienen la oportunidad de hacer historia en lugar de seguir escribiendo la crónica negra de una nación. Sabemos que aún si se firma el acuerdo en los próximos meses, el conflicto no acabará, solo se transformará en una dura fricción de tensiones por perdones no otorgados; el conflicto migrará a las ciudades donde todas las partes se mirarán con desconfianza durante años hasta que aparezca una generación que no haya vivido un solo año en guerra.
Lo que viene ahora no es un post-conflicto, sino un post-acuerdo, pero es un tránsito necesario y obligatorio porque aún así eso será preferible que seguir viendo niños reclutados por todos los fuegos para seguir muriendo en la mitad de una guerra que no les pertenece.
Señores Farc: No les puedo garantizar que luego del conflicto todos los colombianos los perdonen porque nadie nos ha enseñado a eso, pero les garantizo que sus hijos y los míos si tendrán una segunda oportunidad en la tierra.