Revista Coaching

Lo que ya no me guardo dentro…

Por Mbbp

LO QUE YA NO ME GUARDO DENTRO…

Nadie sabe cuánto tiempo exactamente va a vivir! Si lo supiéramos, seguramente entendería que vivamos cada día programado, dejando cosas por decir o guardando para mañana lo que no es estrictamente necesario vivir hoy! ¿Cuántas cosas en nuestra vida se han estropeado por hacerlas corriendo y mal o, por el contrario, por dejarlas pasar de largo para simplemente no llevarlas a cabo, por temor? ¿Siempre encontramos la coartada oportuna para hacerlo, no? ¿Por que entendemos que, después de una oportunidad, siempre saldrá otra? ¿Por que, entonces, no dejar que sea nuestra poderosa mente programada e infalible o nuestra personalidad acatada y perfecta quien lidere nuestro firme e irrevocable destino en la vida? ¿Por qué temer equivocarnos en la vida, si hay tiempo de sobra para aprender a vivir? ¿Para que, entonces, hacerle caso a la intuición para dejar al corazón volar? Al fin y al cabo, ¿la felicidad es algo más que ir cumpliendo nuestros propios objetivos paso a paso, sin riesgos ni improvisaciones y alcanzarlos todos justo en el minuto antes de morir, obteniendo entonces el sentido completo y pleno de nuestra vida?

Si no es así, parece que vivamos como si así fuera! Y por si falla, el Plan B no es más que la “otra vida”, donde alcanzaremos todo aquello que en nuestra vida de aquí no hayamos podido lograr! ¿Qué más queremos? En nuestro Plan A todo está organizado, previsto y dispuesto a ser implementado en nuestra vida de cada día. Nuestro mérito en esta vida quizás solo sea no equivocarnos demasiado, saber apreciar nuestros logros y, en cualquier caso, tener la fortuna de encontrar a “ese alguien” con quien compartir nuestra presunta felicidad segura y programada!  Si, además, queremos una garantía de todo ello, siempre podemos recurrir al designio divino que, como nos gusta creer, velará por nuestros intereses y, en un momento dado, nos ayudará a alcanzar siempre nuestra satisfacción y nuestra felicidad! Qué bonita resulta nuestra vida de esa manera!

Pero la verdad es que, a la vista de lo vivido, a uno aún le cuesta vivir así y creer que todo eso sea cierto y suceda de esa manera! A pesar del empeño en creerlo y lograrlo, uno -paradójicamente- puede tener la punzante duda o la extraña sensación de que las cosas no son siempre así y que el camino hacia el Destino no es siempre y en todo momento un camino recto y unívoco! Eso, tal vez, es lo que nos provoca ese sentimiento de inseguridad o esa ansiedad por lograr sin dilación los objetivos en la vida, siempre como y cuando uno se los propone. Pero, demasiadas veces, la vida parece obstinada en trastocar nuestra vida lineal… ¿o es a través de nuestro corazón -esa voz interior- que nos despierta a la realidad y reclama nuestra completa atención a lo verdaderamente esencial en ella?

Con perdón, ¿he mencionado al corazón, quizás? Me extraña, pues en esta vida que parecemos anhelar y seguir a pie juntillas, éste no tiene lugar, todo está en manos de la poderosa mente programada o del puro azar… ¿excepto, al parecer y paradógicamente, nuestra propia felicidad? Porque de vez en cuando, el corazón sale al encuentro de nuestra vida y nos impone su realidad! Y todo ese mundo de ficción prevista y programada se viene abajo en un abrir y cerrar de ojos, bien sea en su versión amor o en la versión sufrimiento! Basta un gesto inesperado de la vida o un guiño a destiempo de alguien o algo imprevisto en un momento dado para romper los esquemas, haciéndonos sentir algo distinto de lo que, hasta ese momento, creíamos y sentíamos sobre nosotros mismos o sobre la vida! Porque el despertar, a veces, tiene eso… hay que dejar el sueño atrás!

Pero ese despertar no viene necesariamente con el tiempo o la edad, ni tan siquiera puede ser inducido por alguien más! Uno despierta solo cuando tiene el sueño ya ligero o cuando no quiere o no puede dormir más! Entonces basta ese “click” repentino, más o menos sutil, que llega a nosotros en forma de un signo o un guiño de la vida que resuena en nuestro interior y nos obliga a tomar decisiones “fuera de guión”! Muchas veces -por no decir siempre- ese gesto de la vida o cambio repentido de guión nos hace sufrir, pues tememos lo nuevo y no programado… aunque nuestra felicidad casi siempre esté precisamente ahí, detrás del sufrimiento, es decir en el amor, la verdad- y la soledad que nos exije afrontarlo! Esa es la única forma de despertar de ese letargo en el que estamos todos sumidos en nuestra vida irreal, alienante e inconsciente.

Yo, actualmente, intento vivir la vida en ese continuo despertar, aunque a veces me cuesta, en un mundo que intenta evitarlo a toda costa! Mi única guía posible es esa paz que me otorga cada vez que consigo ser coherente con mi interior y desoír, en lo posible, lo exterior! Hoy mi objeto más deseado es la serenidad, porque tras ella he descubierto que está el amor y la felicidad, en cada cada paso que doy! Hoy, cada día más y mejor, procuro atender a las señales y a los gestos -a veces silenciosos- que la vida me da para ayudar a despertarme ante la realidad y para enseñarme que todo aquello que anhelo en mi vida, está ya en mi interior y solo así podre reconocerlo cuando se me ponga en frente, con toda seguridad, en el momento oportuno! Para ello, cuando llega algo nuevo e inesperado a mi vida, debo desechar solo lo externo -o mejor, negociar con ello-, no atender a esos pensamientos y esquemas que, hasta entonces, recuerda, me privaron del amor y de la paz! Si no lo hiciera así, me estaría condenando de nuevo a vivir reiteradamente lo que he vivido hasta ahora, o sea mi propia infelicidad e insatisfacción, alentadas solo en las circunstancias ajenas, externas y caducas de mi pasado mal vivido y/o el de los demás! Quizás hoy solo sé hacia dónde voy, pero no cómo ni cuándo llegaré, la vida dirá! Hoy apenas sé que mi antiguo camino nunca me llevó a la felicidad, a pesar de mi complacencia y aparente confortabilidad, de mi capacidad de sobrevivir o del beneplácito de los demás por aceptar su dictado!

Sé hacia dónde voy, despues de demasiados años navegando a la deriva por mi vida! Hoy tengo claro que mi corazón sabe lo que quiere, aunque no sepa aún cómo y cuándo llegaré a vivir lo que sueño, aún aceptando la realidad! Seguramente no será un camino recto, porque dependerá de mi capacidad de tomar pequeñas decisiones cotidianas con las dos únicas opciones que tengo y tendré siempre: El amor o el miedo! Y cada vez que me acerque al amor a mí mismo o a los demás en ellas, mi paz interior me avisará de que estoy en el buen camino y, por el contrario, cada vez que me base en mi miedo (en el pasado, en la desconfianza o en el temor), mi sufrimiento me indicará que estoy errando -seguramente, una vez más- en mi decisión, aunque quizás será necesario para despertar a la realidad de mi interior y del exterior!

Yo, así y siempre que puedo, hoy vivo una vida tal como fluye, dure lo que dure y con mi corazón siempre expuesto y mis emociones a flor de piel! Intento no quedarme nada por vivir si eso lo presiento como beneficioso, pues cada paso así me hace feliz! Porque, además, no sé cuan largo será mi camino en ella, ni su rectitud! Hoy ya intento no guardarme nada para mí, ni lo dejo de compartir, ni postergo para más adelante algo que pueda vivir, pues haciéndolo, estaría siendo injusto conmigo mismo, con los demás y con la vida que recibí! Quizás en algún momento dudaré, porque la vida no siempre nos lo pone fácil o como nosotros esperamos que sea, pero ya estoy seguro que, lo que haya que vivir, lo viviré o habré hecho todo lo posible por intentarlo! Durante demasiados años dejé de vivir todo aquello que anhelaba en mi interior, como el amor o la felicidad! Y hoy sé que eso era un síntoma claro de no aceptar mi realidad, pues parecía actuar pensando “cuando sea feliz, ya seré feliz”… como si todas esas oportunidades que pasan por mi vida se fueran a repetir o, lo que es peor, siempre vendrán con guirnaldas, hinos y luces anunciándome su victoriosa llegada! Y, obviamente, nunca fue, ni será así! Las oportunidades para ser feliz muchas veces aparecen ocultas o enmarañadas entre sombras, ante personas ordinarias, momentos corrientes y lugares cotidianos, pero que yo y solo yo puedo sentir como únicos y también debo ser yo quien los viva siempre como mágicos, porque, de hecho, todos lo son, si uno sabe darle su sentido oportuno en nuestra propia vida y lo vive desde el corazón, en el que ya habitan desde siempre la paz y el amor!

 

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