Revista Diario
Un año son 12 meses, un mes son 30 días, un día 24 horas, una hora 60 minutos y un minuto 60 segundos. Esa es la medida del tiempo, aquí, en Cuenca y en Sebastopol. Y aunque no se utilizasen las mismas unidades de medida en todas partes, es igual, mientras no me demuestren lo contrario el tiempo es el que es, pasa igual para todos y en todas partes.Sin embargo todos hemos experimentado la sensación de que es relativo. Puede pasar rápido, cuando estamos entretenidos o muy concentrados; o muuuuuuy lentamente, cuando estamos ansiosos, angustiados, enfermos…Así yo tengo la sensación de que los 12 primeros meses de Chiquinini y los 12 de Chiquinina han sido diferentes. En el primer caso llenos de descubrimientos, etapas, hitos, que los hacían alargarse y destacarse, diferenciarse unos meses de otros. En el segundo, los meses han volado. Las etapas han sido las mismas, pero todo ha pasado mucho más deprisa. El posparto, la lactancia, el destete, los primeros dientes, los primeros pasos, el paso a la alimentación complementaria. Todo ha llegado a la velocidad del rayo. Como cuando haces un viaje a un lugar nuevo, y la vuelta, al serte ya más familiar, siempre se hace más corta que la ida.Pronto Chiquinina ya no será un bebé ( quizás ya no lo es). Pronto hablará, dejará el pañal y será una personita, que con un poco de suerte nos dejará también dormir mejor que ahora.