Revista Cocina

Lo siento, no soy creativa

Por Dolega @blogdedolega

Reciclant palets

Estoy totalmente consternada. Ahora ya entiendo porque no encuentro empleo, pero sobre todo, sé a ciencia cierta porqué estoy en el maldito paro.

Basta mirar mi bandeja de correo para darme cuenta de que no tengo ni la más mínima oportunidad en este mundo de hoy.

En la actualidad el mundo es de los creativos, de los originales, de los que son capaces de hacer maravillas de cosas simples y yo no tengo ninguna de esas cualidades, así que ya me dirán…

Abro el mail:

50 ideas para reciclar una camiseta.

¡coño! Y yo que me creía de lo más verde porque las hacía trapos. Pues no, la gente creativa hace desde collares hasta alfombras, pasando por gorros, cojines, bolsos, sábanas, fundas para los asientos de los coches y así hasta, ¡¡nada más que 50 cosas diferentes!! Es que me deprimo solo de verlo… ¡La cantidad de cosas que he tirado yo! Porque como soy simple, pensaba que había tirado docenas de camisetas, pero en realidad lo que he desperdiciado, es todo un abanico de posibilidades de crear objetos únicos.

“Venga Dolega, no te comas el coco, tampoco es tan dramático” Me digo a mí misma para levantarme el ánimo, mientras abro el siguiente mail.

70 maneras de reconvertir un palet

Me quedo traspuesta… ¡Pero si tengo ocho ó diez tirados en el jardín! Si, ahí están esperando turno detrás de las piñas para ser pasto de las llamas en una futura barbacoa.

Mientras, las mentes creativas del mundo reconvierten estos cuatro maderos inmundos en mesas, mesitas, mesillas, cabeceros, percheros, jugueteros y un interminable etcétera de cosas de lo más variopintas.

Cierto es que yo tengo la casa amueblada y que la verdad por más que los miro, la madera me sigue pareciendo una mierda con perdón, pues hay gente que los encuentra que son la leche y les saca un partido increíble.

Lo que no me ha quedado claro es, si utilizan los que tienen en sus casas, si se los roban de las obras ó si directamente se van a la fábrica a comprarlos.

Ves, yo ahí en plan cutre con mis mesas de madera de castaño ó la del Ikea que cuesta dos duros ya pintada y con ruedas, cuando puedo tener una preciosidad hecha por mí misma y reciclada de un palet que lleva un año tirado en una construcción a la intemperie lleno de clavos ó dos años en el jardín esperando fuego.

Cuando ya creo que no puede haber mayor desánimo, me voy a Pinterest a la sección de manualidades y quiero morir de tristeza. Se me llenan los ojos de lágrimas.

Empiezo a sumar y paro al llegar a las 500 ideas para que aproveches lo que tienes en casa.

¡Sí señores! Ni cien, ni doscientas, ni siquiera trescientas, ¡Nada menos que quinientas, quinientas opciones de ahorrarle viajes al camión de la basura! Con lo cara que está la gasolina… Joooooder

Dios mío, esta gente no tira absolutamente nada. Ni botes, ni frascos, ni papeles, ni ropa ¡Ni nada! Todo lo reconvierte en otra cosa moniiiiisima que no es que tenga mucha utilidad, pero deja en pañales a los transformers.

Lo que no me cuadra mucho es, dónde diablos logran poner los cientos de originales objetos que reconvierten.

Yo me imagino al Consorte en pleno éxtasis al ver que todo vuelve a tener otra utilidad sin salir de casa y… ¡se me ponen los pelos como escarpias!

Porque qué quieren, yo no me veo haciendo maceteros de los botes de champú, porta velas de las latas de champiñones, muñecos con las cajas vacías de los kleenex ni cortinas con los canutos de los rollos del papel higiénico.

Tengo que reconocer que la creatividad y la originalidad para el reciclaje infinito, no ocupan un espacio importante en mi mente.

Bastante tengo yo con intentar hacer eso que hacían nuestras madres de, con un pollo darnos de comer cuatro días, sin repetir ni una sola vez comida, de manera equilibrada y sin que se note mucho que sigue siendo el pollo que compraste el lunes.

Pero es que no se puede comparar hacer un cojín de una camiseta que sacar tres platos diferentes de las sobras de un cocido para cuatro, ¡Donde va a parar!

Y ya para acabarme de hundir en la miseria, leo que lo más trendy de la temporada que viene, es tejer tu propia bufanda… ¡Dios, encima ni siquiera puedo ir a la moda porque no sé tejer!


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