Lo siento, vivo desde el alma… (i)

Todos somos aprendices del Alma y tenemos toda la vida para obtener la maestría, que no es más que la vida plena que llega con la muerte. Estoy aprendiendo a vivir según el Alma, seguramente como tú haces, cada día. Quizás por eso no tengo miedo a la vida ni a la muerte! Tal vez por eso, vivo bien vivo y moriré viviendo…

Pero en el largo o corto camino vivo como sé, siento y puedo, oyendo cada día más lo que la vida me dicta y mi muerte me inspira. Pero ya son vida y muerte internas ambas, sutiles, las que guían mis pasos y me hablan en susurros, al oído del corazón que todos tenemos, pero pocos utilizamos. Nos han enseñado a mirar la vida y la muerte solo con los ojos y claro, nos vemos más que vida y muerte, solo humanas, rutinarias y protocolizadas, carentes de sentido y de autenticidad!

Pero ahora lamento si en mi camino por mi vida hacia mi muerte te incomoda mi presencia, porque la sientes demasiado cercana y, a ratos, dolorosa, porque no sientes tu Alma cerca o suficientemente despierta para reencontrarse a la mía! No es mi intención herirte ni que te sientas mal, conmigo. Solo dame tiempo para que también aprenda a quererte en silencio y sin que mi Alma se manifieste por mi boca, diciéndote esa Verdad que a veces duele, otras nos incomoda y, espero que alguna vez, también te provoquen la felicidad que ahora desde mi Alma estoy sintiendo! Algún día aprenderé que el Alma solo llega al Alma y que, para ello, ambos tenemos que tener nuestra Alma bien despierta, para compartirla como deberíamos hacer todos en este mundo que sin ella se hace duro, inhumano e incómodo.

Seguirá…

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