Lo siento, vivo desde el alma… (iii)

Sigue…

El Alma mía habla ya por mí, con gestos, miradas o silencios, ya no entorpecen las palabras vacías, las interpretaciones erróneas o los actos sin sentido! El Alma no me permite engañarme o engañarte, ni decirte una cosa por otra, ni tan siquiera sentir lo que no siento! Ella manda, aunque eso me exija ser como soy y sentir lo que siento a cada instante! No entiende de conveniencias, ni de reglas, ni de estrategias. En ella, todo es lo que es! Y, aunque esto no es fácil en un mundo como en el que vivimos, mi felicidad hoy depende cada día más de mi honestidad conmigo mismo y contigo… y de la manifestación del amor, cueste lo que cueste y aunque quizás te incomode y con el riesgo de que lo malinterpretes…

Si algo le pido a la vida hoy es que me permita ser transparente con mi Alma, que no sea yo, mi vida pasada o mis falsas interpretaciones de ella un obstáculo para manifestarse tal cual es! No es mucho pedir… ¿o quizás sí lo es? Bastará que viva el momento cada momento y que lo haga según soy, sin importarme demasiado las circunstancias! Solo debo aprender a respetar tu momento vital para poder escuchar y atender tu Alma, aunque para ello deba crear distancia o silencio entre ambos. Cuando realmente confías en el Alma, ya sabes que esa distancia y ese silencio son imposibles, pues las almas no dejan nunca de hablarse entre ellas, aunque los labios estén ahora cerrados o la distancia infranqueable y física no nos permitan oirnos…

Quizás ya entonces lo menos importante sea que nos veamos, pues las Almas ya están conectadas, como lo están esas otras que hoy ya no comparten nuestro mundo, pero que permanecen en nuestro corazón para siempre…

Seguirá…

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