Las tradiciones se suelen pasar de generación en generación, y especialmente los que tenemos raíces en los pueblos donde las tradiciones más típicas están profundamente arraigadas vivimos especialmente estas costumbres; tales como comidas típicas como las torrijas, que es cierto que a algunas personas les da un poco de repelús porque no deja de ser pan mojado en leche o el bacalao. Por supuesto, además de los alimentos, lo más tradicional por excelencia son las procesiones. La solemnidad lo llena todo al son de la música, de unos pasos muy bien ensayados y de mucha fuerza interior.
Como he comentado, al margen de nuestras creencias, tenemos que reconocer que esta fiesta es muy nuestra y hay que disfrutarla como se merece. ¡Aunque sea aprovechando el tiempo libre! Sólo esperemos que no llueva, porque parece que aunque pusieran la Semana Santa en agosto en Sevilla, ¡llovería igual! Lee y conducirás, no leas y serás conducido. (Santa Teresa de Jesús) xoxoNerea.
