Claves filosóficas para entender 'Lost'
El libro 'Perdidos. La filosofía' intenta arrojar claridad sobre los misterios de la serie
EFE- Madrid - 24/02/2010Existe un claro nexo entre la serie de televisión Perdidos (Lost) y el mundo de la filosofía. Personajes como Rousseau, John Locke o Hume lo dejan claro. Los seguidores de la serie, que emiten Fox y Cuatro, intentan desgranar, en blogs y páginas web, las intenciones que han llevado a los creadores al utilizar esos nombres. Para intentar arrojar algo de claridad sobre una de las series con más misterios y teorías a su alrededor se ha publicado Perdidos. La filosofía, escrito por Simone Regazzoni y publicado por Duomo
La obra descubre las bases filosóficas reales de esta serie de televisión, que ha convertido a sus millones de seguidores en filósofos aficionados y que a lo largo de seis temporadas se han encontrado muchas veces casi tan perdidos como los habitantes de la isla. Regazzoni explica que con su libro pretende "contaminar". "Que la gente lo lea para entender la serie y así se acaben infectando de filosofía", asegura.Puede resultar sorprendente que un escritor y profesor de filosofía se adentre a analizar una serie de televisión, pero Simone Regazzoni defiende que es "necesario enfrentarse a la cultura popular" porque, por una parte, "tiene una dignidad estética comparable a cualquier obra de arte contemporánea" y, también, porque "llega a todo el mundo, es un fantasma presente en todo". En este sentido Regazzoni subraya el hecho de que el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, desplazase la hora del Discurso del Estado de la Nación porque coincidía con el comienzo de la última temporada de Perdidos. "Es sólo un signo, pero manifiesta la importancia de un acontecimiento que afecta a la gente", destaca Regazzoni.Una serie complejaA pesar de no ser una obra de filosofía académica, Perdidos. La filosofía no es de lectura sencilla, "hay muchas menciones a filósofos", aclara el autor, "pero tampoco la serie es sencilla". "La serie tiene una narrativa muy cuidada, que funciona como un sistema complejo, cuando tocas o descubres una parte, todo se ve afectado y se abre un nuevo enigma", explica. Eso es lo que atrae al espectador, porque "los personajes siempre están entre algo que acaba de pasar y algo que no ves pero que está pasando".Partiendo de una playa, la selva y una pregunta sencilla, ¿dónde estamos?, la serie va creciendo para llegar a cuestiones filosóficas más complejas como el bien y el mal o si la isla es real o no, para Regazzoni: "hacemos un viaje semejante al de Platón, partimos del mundo de las imágenes para llegar a las ideas". Al analizar la serie el escritor no escapa a ningún misterio, para Regazzoni el humo negro es "lo que filosofo del psicoanálisis Lacan llamaba 'real', el punto oscuro que es el corazón de todo, lo que afecta a la gente, la destrucción, la muerte... el humo negro es lo que amenaza la isla".En cuanto a los personajes, a pesar de que Jack Shephard, interpretado por Matthew Fox, sea el "más filosóficamente puro", porque parte de la lógica para explicar la realidad, el autor se decanta por John Locke, (Terry O'Quinn) que lejos de ser un creyente, es un "filósofo moderno" porque "utiliza todo lo que tiene, los sueños, sus creencias, para establecer un lenguaje más complejo con la isla".Y hablando del final, Regazzoni tiene, como la mayoría de los seguidores, una teoría clara. "Se librará una lucha entre los que estén con Locke y lo que éste representa ahora, y aquellos que estén en contra. Será la lucha por el devenir del mundo, en la que las explicaciones filosóficas de la física extrema serán muy importantes, al igual que los fantasmas de los personajes y cómo ellos se enfrenten a su destino".