Locronan, situado en la Bretaña francesa, está considerado como uno de los pueblos más bonitos de esta región y de Francia. Los celtas comenzaron todo asentándose en este lugar para crear un recorrido sagrado que representaba los meses del año. Sigue leyendo el post y podrás pasear por las calles que pisaron los celtas y cómo quedó a partir de su fundación en el siglo XI.En el siglo XI, san Ronan cristianizó el asentamiento y fundó la ciudad. Locronan ganó en riqueza y belleza a partir del siglo XIV, gracias a la fabricación y comercio textil para velas. El comercio establecido con todas las grandes flotas navieras creó grandes fortunas que permitió a los comerciantes construir preciosas casas de granito azulado. Las fachadas se han conservado perfectamente conservadas hasta nuestros días cubiertas de musgo y líquenes dado el clima lluvioso, ofreciendo un aspecto mágico a las casas.
Muchos cineastas franceses y hasta Roman Polanski en su película Tess han sacado partido de este marco incomparable.
Todas las calles son peatonales, sin semáforos y, si te fijas, no verás antenas en los tejados
Los turistas que las llenan en verano disfrutan de un marco medieval, eso sí con tiendas de recuerdos, restaurantes y servicio de crêpes.
Hasta las chocolaterías se ven influidas por el ambiente mágico y celta
El colorido de las flores resalta en las fachadas peinadas por la lluvia
Y si quieres abundar más en el conocimiento de los celtas podrás hacerte con algunos libros para leer a la vuelta de tu viaje
La Iglesia de Saint Ronan fue edificada en 1420 por los Duques de Bretaña Como centro de la villa las casas se disponen alrededor de ella
La capilla anexa de Pénity edificada en el siglo XV forma una fachada única con la de Saint Ronan.
La cara norte envuelta en líquenes es una auténtica maravilla